El caso, conocido hace pocos días, de la mujer que acudió a la Comisaría de Familia del barrio La Joya en busca de protección...
Hay que proteger los Cerros Orientales
Por la ciudadanía, especialmente los vecinos de los Cerros Orientales, ha sido bien recibida, la decisión de la administración municipal de no continuar con un proyecto de construcción de un parque, que se internaría en una zona reservada para la preservación del ecosistema, y clasificada oficialmente como Distrito Regional de Manejo Integrado, Drmi. Es decir, la administración de Juan Carlos Cárdenas decidió actuar en la dirección que la historia, el sentido común y las normas lo imponen, esto es, mantener en su estado original los cerros sobre los que se han establecido condiciones de reserva.
Lo que ha ocurrido recientemente allí es que, a mediados de 2019 la administración de Rodolfo Hernández dio inicio a la construcción de lo que se presentó con el nombre de Parque Metropolitano Bosque de Los Caminantes en los Cerros Orientales de Bucaramanga, según el entonces Alcalde, como una manera de propiciar una mayor apropiación del espacio por parte de la ciudadanía y prevenir el avance de las urbanizaciones ilegales en el lugar. Sin embargo, y como un mal precedente, se autorizó la construcción de la segunda fase de ese parque, como ya se dijo, en predios considerados como Drmi, lo que, de hecho, contradice el argumento de que se buscaba proteger los cerros.
Finalmente, la actual administración ha zanjado el asunto con la decisión tomada, lo cual implica la protección de un sector que desde hace años se ha convertido en el objetivo de quienes ven en los cerros orientales una oportunidad de invadir con loteos ilegales o de estafar a personas de buena fe que, impulsadas por la necesidades y las falsas promesas, pagan por pequeños terrenos.
Todo esto está convirtiéndose en un verdadero asedio sobre los Cerros Orientales de Bucaramanga, una de las pocas zonas de la meseta que ha sobrevivido precisamente a la avidez de todo tipo de personas que ven en esas tierras una fuente de ingresos, sin que de parte de los distintos gobiernos municipales se haya visto la suficiente determinación como para estar seguros de que se va a defender y conservar en su integridad ecológica y ambiental para bien de las presentes y futuras generaciones.
Es necesario proteger una de las poquísimas reservas ambientales que todavía le quedan a la meseta de Bucaramanga.