miércoles 20 de septiembre de 2023 - 12:00 AM

Editorial

La accidentalidad vial es responsabilidad de todos

Los conductores y las autoridades deben esforzarse juntos para reducir el número de accidentes y proteger las vidas de quienes optan por utilizar motocicletas como medio de transporte. Debemos entender que la vida en las vías es responsabilidad de todos

Entre el ocho y el 14 de septiembre pasados, es decir, en sólo seis días, las vidas de siete motociclistas se perdieron en las vías del área metropolitana de Bucaramanga, lo que, a pesar de ser una auténtica tragedia, no es un hecho inusual, porque la cantidad de víctimas fatales que dejan los accidentes en los que están involucradas las motocicletas, crece al mismo ritmo que lo hace el parque automotor de esta clase de vehículos, y la anarquía que va extendiéndose cada vez por calles y autopistas que evidentemente ha hecho que se pierda en mucho el cuidado y el respeto por la vida.

Pero, la alta accidentalidad de las motocicletas no es simplemente el resultado de la casualidad, sino que es un hecho que está relacionado con factores que van desde la falta de educación vial y el incumplimiento de normas de tránsito, hasta la carencia de infraestructuras viales seguras, además, la velocidad excesiva y la falta de equipamiento de seguridad también contribuyen significativamente a la problemática. Por otra parte, la educación vial es fundamental en la reducción de accidentes. Muchos motociclistas no han recibido una formación adecuada en seguridad vial, por lo que la inclusión de contenidos sobre este fundamental aspecto en la formación de conductores es esencial para combatir el problema.

La Dirección de Tránsito de Bucaramanga informó recientemente que está multando a más de 50 motociclistas cada día, lo que, comparado con la capacidad operativa de la entidad, puede considerarse un buen resultado, pero que, puesto frente a la cantidad de motos que circulan en la ciudad, ya no lo es tanto, puesto que todos en las vías vemos que con mucha más contundencia se requiere controlar y sancionar con mayor rigor a quienes infringen las normas, como el exceso de velocidad, las maniobras imprudentes, o la conducción sin casco.

Como ya lo hemos dicho, la alta accidentalidad de las motocicletas es un problema que requiere una respuesta integral. La educación vial, el cumplimiento de las normas de tránsito, la inversión en infraestructura y la obligación en el uso del equipamiento de seguridad, son sólo algunos de los elementos claves para abordar esta cuestión de manera efectiva. Los conductores y las autoridades deben esforzarse juntos para reducir el número de accidentes y proteger las vidas de quienes optan por utilizar motocicletas como medio de transporte. Debemos entender que la vida en las vías es responsabilidad de todos.

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