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Editorial
Jueves 25 de noviembre de 2021 - 12:00 PM

La crisis del AMB exige una dirección seria y comprometida

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A menos de un año de haberse posesionado, dimitió el director del Área Metropolitana de Bucaramanga y dejó tras de su salida, el pasado 12 de noviembre, un rastro poco halagüeño de consejas y otros retiros, que solo muestran el deterioro institucional y administrativo en el que está hoy esa entidad, que debería ser eje de varias de las políticas que necesariamente deben trazarse entre los municipios conurbados. Ya es insostenible que cada municipio direcciones su crecimiento de forma individual, pero, en lugar de consolidarse un centro administrativo sólido y productivo, parece que el AMB cada vez se aleja más de este objetivo.

La salida de Álvaro Pinto, el hoy exdirector del AMB, se dio por tensiones con el alcalde de Bucaramanga, quien es presidente de la Junta Directiva, según lo que se aseguró por varias fuentes. A la renuncia de Pinto siguió la de la secretaria general, que abandonó el cargo con algunas denuncias previas sobre sus actuaciones y en medio de una fuerte oposición del sindicato de la entidad, nada de lo cual pesó lo suficiente para evitar que el alcalde Cárdenas la nombrara asesora en la alcaldía de Bucaramanga.

Este paso de funcionarios de una entidad a otra, que se ha vuelto una constante en la administración Cárdenas, aunque no es ilegal, no deja buen sabor, pues pareciera que se estuviera favoreciendo a trabajadores por sus cercanía y no por tener las calidades para estar en una entidad u otra.

Pero lo verdaderamente importante es que la Junta Directiva del AMB ahora se tome con toda responsabilidad la designación que deben hacer y encarguen la dirección de esta entidad a una persona que garantice permanencia, capacidad técnica y administrativa, carácter y, sobre todo, visión de lo que es y será la vida metropolitana, para que pueda anticipar en el tiempo las labores por acometer.

Por ahora, temas tan críticos como el de movilidad general en el área, Metrolínea como Sistema Integrado de Transporte Masivo y el de disposición final de residuos sólidos, incluido el cierre de El Carrasco, están en manos del Área Metropolitana de Bucaramanga, grandes desafíos que deben sortearse adecuada y oportunamente para detener procesos de deterioro del ambiente y de la calidad de vida de los residentes en toda el área.

El resultado de las acciones de la nueva dirección nos mostrarán más pronto que tarde la transparencia y el acierto de la decisión que está próxima a tomarse.

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Publicado por Editorial

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