La fuerza de los argumentos
En la antesala de nuevas jornadas de protesta en el país, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha puesto términos concretos en lo que hasta ahora había sido un debate más acalorado que argumentado sobre la participación del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, en las marchas, plantones y toda clase de manifestaciones en las calles de nuestras ciudades.
Los actos de vandalismo, de una parte, y los excesos del Esmad, de otra, dieron a esa discusión un nivel de pugnacidad, que impidió que se sacaran en claro las ideas que pudieran poner en un primer nivel de importancia lo que debe ser el objetivo en este debate y es el de establecer un mecanismo que garantice el derecho a la protesta, pero dentro de un marco que salvaguarde también los derechos de quienes no participan en ella, sin que esto derive en violencia y sin que se afecte también los derechos de los demás ciudadanos a la movilidad, el trabajo, el resguardo de su propiedad, etc.
A las posiciones extremas que se oyeron, la alcaldesa López plantea ahora el establecimiento de un protocolo que mantiene la participación del Esmad en las protestas, pero que lo deja como el último recurso al que se apele, en caso de que se hayan agotado las instancias anteriores de conciliación sin resultado.
Como base de la estrategia de la mandataria está la idea de darle la primera oportunidad a la fuerza de los argumentos, para lo que utilizará a funcionarios civiles de la administración; enseguida actuaría un grupo de madres de quienes marchan y madres de los agentes del Esmad, las que, con su presencia, tratarán de apaciguar los ánimos en caso de que se alteren; la tercera instancia es la ‘Fuerza Disponible’ de la Policía que lleva escudos y bastones, y solo en el evento de que todo esto falle y el orden público se mantenga alterado, entraría el Esmad. El pasado jueves se dio el primer intento de este protocolo frente a protestas ocurridas en la Universidad Nacional en Bogotá. Aunque fracasó la vía de la conciliación y al final el Esmad tuvo que entrar, es la primera vez que se intenta una solución distinta. En las medidas de la alcaldesa de Bogotá reviste gran importancia el hecho de que se intente dar un nuevo manejo a la protesta social, sin por ello restar autoridad a la Policía y al Esmad. La idea de dar prioridad a la argumentación sobre la fuerza es positiva. Si se logra algún avance, habremos dado un paso verdaderamente importante en el fortalecimiento de la democracia en Colombia.