Muchos historiadores debatieron por años la aparente ambivalencia que se deriva de los conceptos libertad y orden que coronan el escudo nacional, unos encontraban contradictorio el enunciado y otros, por el contrario, entendían que las dos ideas eran complementarias, lo que parece ser la razón por la que este fin de semana, pocas horas después de la Cumbre de Gobernadores de Armenia, algunos de los mandatarios regionales, con el respaldo de la Federación Nacional de Departamentos, usaron el patriótico llamado para dirigirlo al presidente Gustavo Petro, como una proclama urgente, dada la crítica situación de orden público que se vive en algunas regiones.
La expresión de los gobernadores llega en un momento importante para el país, a siete meses de haber comenzado el período presidencial y su propuesta de paz total, que recogería a todos los grupos, incluso delincuenciales, en una propuesta de diálogo y negociación simultánea que desde su concepción ha generado desconfianza en un amplio sector de la opinión pública. El proyecto ha dado, por ahora, pequeños pasos hacia adelante con el Eln, pero ha sido errático y ha dado tumbos en el caso de las bandas criminales.
El gobierno y el presidente no han podido marcar un derrotero consistente en su estrategia de múltiples frentes de negociación, que en principio causó fuertes cuestionamientos por dar el mismo trato a grupos guerrilleros como a delincuentes y narcotraficantes que, de manera descarada, simplemente han aprovechado los desatinos del presidente, como el cese al fuego bilateral que terminó siendo unilateral, para sembrar más violencia y reacomodarse en sus territorios, aplicando el mismo terror con el que han actuado siempre. Al día de hoy, poco se ha avanzado en la disminución de los índices de violencia y, por el contrario, algunas regiones están sufriendo arremetidas muy fuertes de estos grupos que simularon una intención de paz para reducir la fuerza del Estado.
Por todo esto, los gobernadores del país, entre ellos Mauricio Aguilar, como vocero de los santandereanos, interpretando el sentir de la ciudanía, apelaron al llamado del símbolo patrio para significar con la palabra Libertad, que respaldan al Gobierno en su empeño de conseguir la paz, pero, con la palabra Orden también hicieron énfasis en la necesidad urgente de que el gobierno respalde a las comunidades que están siendo golpeadas con crueldad por grupos delincuenciales de todos los pelambres, que no pueden por más tiempo ser considerados como interlocutores válidos en una mesa que les propone un diálogo que para ellos es solo la mampara para seguir cometiendo sus fechorías.
