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Editorial
Jueves 27 de febrero de 2020 - 12:00 PM

Modernizar la infraestructura vial de Santander, una prioridad inaplazable

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Si algo dejó claro la tragedia que se vivió con la inundación y los derrumbes en Piedecuesta del pasado miércoles, además de la vulnerabilidad de la vida y de la inexistencia de sistemas de alerta temprana, es la precaria situación de infraestructura vial en la que se encuentra nuestro departamento y que nos enfrenta hoy a la crisis vial más profunda de las últimas décadas.

Es sencillamente gigantesco el daño que ha sufrido la carretera que nos conduce a San Gil como primer destino directo y a Bogotá como destino principal, al punto que del optimista cálculo de 15 días para su recuperación, hecho por el Invías en las primeras horas, pasamos a un tiempo sin determinar para volver a tener esa ruta habilitada, lo que, como se ha dicho, significa un duro golpe para la economía regional.

Pero no se trata solo de la vía a Bogotá. Esta afectación vial ha dejado una vez más a los habitantes de García Rovira incomunicados y ha puesto en evidencia que en Santander sencillamente no existen vías alternas a ningún lado, pues todas las demás son vías con amplios tramos sin pavimentar, sin señalización ni iluminación.

Lo que temen los santandereanos es que al devastador efecto de los deslaves, siga otro fenómeno, no menos ruinoso, que es el de la desidia oficial y la ya común corrupción en la adjudicación de contratos. Esperamos que estas tan marcadas y nocivas características de la administración pública en Colombia no se manifiesten en lo que viene para la vía afectada, porque lo que es cierto, y creemos que el señor Gobernador ya lo ha visualizado de la misma manera, es que el temporal que cayó en el prolongado tramo de Los Curos al puente de Pescadero causó daños enormes, que hacen inaplazable e inexcusable declarar la intervención en infraestructura vial como máxima prioridad en el departamento.

Las vías primarias son deficientes, las secundarias son insuficientes y las terciarias son prácticamente inexistentes. La necesidad que experimentamos en esa materia es inmensa, y la desgracia recién ocurrida nos lleva a una situación de hecho en la que es necesario sugerir respetuosamente al gobernador Aguilar que considere un replanteamiento en las líneas centrales de su administración, de tal manera que la infraestructura vial se ponga a la cabeza de las prioridades, más allá de megaproyectos turísticos, que, de paso, sería muy difícil sostener económicamente si las carreteras departamentales continúan en las condiciones actuales.

Reorientar el rumbo del gobierno es un acto de responsabilidad cuando esto se hace para poner al departamento en la senda del desarrollo y, en este momento, eso comienza por trazar y modernizar la infraestructura vial de todo Santander.

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Publicado por Editorial

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