¿Qué está pasando en la Alcaldía de Bucaramanga?
En los últimos días, con la llegada del nuevo alcalde encargado de Bucaramanga, Germán Torres Prieto, el ambiente ciudadano se ha tensionado. Si bien Torres Prieto ha sido insistente en que respetará el mandato ciudadano entregado a Rodolfo Hernández, hoy suspendido por la Procuraduría, y que seguirá adelante con sus políticas de gobierno, la llegada de personas contrarias a los postulados de Hernández hace temer el futuro de administración de Bucaramanga.
En principio, el encargo entregado a Torres es por un periodo cercano a un mes, por lo cual desconcertó su decisión en el primer día de mandato de pedir la renuncia de asesores y secretarios de despacho. Si bien esto se entendería, por tratarse de las personas más cercanas con las que llevará a cabo su encargo, desconcertó aún más su decisión de pedir las mismas renuncias en Metrolínea, incluida la renuncia de su gerente.
Es un hecho clarísimo que todos los mandatarios administran con personas de confianza, pero en este caso no se trata de un alcalde elegido popularmente. Se trata de un encargo que obliga al mandatario designado a cumplir con el programa de gobierno que estableció Rodolfo Hernández, pues fue ese programa el elegido por los bumangueses en las urnas y son los ciudadanos quienes determinaron en democracia el tipo de administración que querían para su ciudad.
Por eso sorprende también la llegada en calidad de asesores de la Alcaldía de personas que han sido abiertas opositoras al gobierno de Rodolfo Hernández y que incluso son reconocidas por su cercanía con personajes cuestionados de la ciudad, que han tenido siempre intereses electorales. Es más, algunos de ellos incluso han sido demandantes en procesos contra esta administración.
Es el momento de pedirle al alcalde encargado Germán Torres Prieto coherencia con la ciudad y responsabilidad con el mandato que los bumangueses le dieron a un programa de gobierno. Y para ello es necesario que se rodee de personas afines, pues no se entiende cómo se puede seguir adelante con un gobierno si sus ejecuciones se ponen en manos precisamente de quienes han sido contrarios a este gobierno. Su lealtad es con Bucaramanga y sus ciudadanos.
La experiencia de nuestra ciudad en el pasado, cuando tuvo una alcaldía encargada en manos de Héctor Moreno, fue dolorosa. Estamos seguros de que esta historia no se repetirá y que Torres Prieto entenderá que lo que está en juego es el futuro de Bucaramanga y sus ciudadanos.