Sin exclusividad, Metrolínea es sólo una empresa de buses más
Metrolínea parece seguir rodando sin rumbo en medio del oscuro ambiente en que lo ha sumido el cúmulo de errores en que se ha incurrido, incluso desde antes de comenzar las obras físicas de construcción de los carriles exclusivos, es decir, desde que se planeó el Sistema, puesto que, como lo han señalado los expertos que, al parecer, no fueron consultados previamente, las primeras rutas exclusivas de buses articulados y alimentadores debieron plantearse del centro al norte de la meseta y no al sur del área, como se hizo.
La razón de los expertos apuntaba a que es en el noroccidente, nororiente y norte de la ciudad, donde la demanda de transporte público es más alta y donde la informalidad se podía dar con mayor intensidad, como finalmente ocurrió, pues toda esta poblada zona se dejó desatendida, por lo que el transporte pirata tuvo un surgimiento casi que espontáneo y un progreso meteórico. A los pocos meses de comenzar Metrolínea, buena parte del norte era ya, en la práctica, zona vedada para cualquier forma de transporte público legal, mientras que el Sitm comenzaba a acumular uno tras otro, los meses en los que el resultado operacional se registraba en rojo.
Pero, aparte de este y muchos otros errores que se han visto con el paso de los años, está el de ceder a la presión que han hecho desde el comienzo, los dueños de carros particulares, que nada tiene que ver con el sistema, para acabar con la exclusividad de los carriles. Cuando el exalcalde Luis Francisco Bohórquez asumió su cargo en 2012, autorizó el paso de vehículos particulares por el carril exclusivo en el sector de la Puerta del Sol, medida que tuvo que rectificar por ser violatoria del documento Conpes que lo prohíbe expresamente.
Pero, sin importar los antecedentes, esta semana retrocedimos 10 años en el punto del criterio de exclusividad del Sitm, que es su mayor ventaja comparativa con la variada competencia legal e ilegal que hoy existe. Haber levantado la exclusividad de Metrolínea en el centro, no solo echa por tierra la alta inversión en dinero y tiempo que se hizo al reconstruir este sector de la carrera 15, sino que equivale a dar un paso adelante y uno atrás, porque, si bien los buses convencionales que ahora pasan por allí ayudan a ensanchar la oferta de transporte, la congestión que regresará con buses y taxis, desanimará a buena parte de los pocos usuarios que hoy le quedan a Metrolínea.