lunes 13 de noviembre de 2023 - 12:00 AM

Editorial

Un empalme que exige claridades

Dejar sembrados a contratistas y funcionarios de su propia cuerda es una costumbre del más ramplón clientelismo que se creía ya superada en los tiempos actuales, pero la falta del mínimo decoro está haciendo su aparición en la desacomodada despedida que está haciendo el alcalde

La administración municipal de Juan Carlos Cárdenas ha entrado en su etapa final en medio de un epílogo irónico porque es lacónico por el balance de su gestión, pero frenético por los escándalos y señalamientos que se le han hecho desde hace meses, sobre todo en medio de la agitada campaña electoral que terminó en octubre, y ahora, como resultado de las primeras reuniones de las comisiones de empalme encargadas por el alcalde entrante, Jaime Andrés Beltrán, que han encontrado documentos y señales de actos que indicarían decisiones y movimientos que faltan a la ética y a la decencia, pero también podrían significar corrupción.

Según lo que se puede concluir por lo que ha denunciado en días pasados el mandatario electo, el Acueducto de Bucaramanga no solo se convirtió en un fortín de clientelismo para las últimas administraciones municipales, sino que el actual alcalde pretende, a la fuerza y posiblemente al margen de la ley, proyectarla por varios años más, al provocar decisiones sobre contratos de obra o de compras con baja participación de oferentes, o incluso la evidente maniobra para tratar de amarrar a la silla de la gerencia a quien hoy la ocupa, cosa que aparentemente estaría ocurriendo también en la Emab.

Dejar sembrados a contratistas y funcionarios de su propia cuerda es una costumbre del más ramplón clientelismo que se creía ya superada en los tiempos actuales, pero la falta del mínimo decoro está haciendo su aparición en la desacomodada despedida que está haciendo el alcalde Cárdenas, que desde hace tiempo se ha visto envuelto en decenas de señalamientos relacionados precisamente con nombramientos y contratos, en una especie de guillotina operada por su flamante jefa de gobernanza quien no solo constreñía a los funcionarios de la administración, sino a los concejales de la ciudad para que hicieran única y exclusivamente su voluntad o la del alcalde Cárdenas.

Pero, el lamentable espectáculo que estamos observando no debe quedar en titulares de prensa o contenidos pasajeros en las redes sociales, es imperioso que los organismos de control tomen cartas en el asunto, o más bien en todos los asuntos, pues parece que existen dudas y glosas en varias de las dependencias oficiales donde se han dado movimientos que indicarían la intención de manipular la nómina o los presupuestos oficiales en lo sucesivo. Sólo la acción oportuna, diligente y transparente de estos organismos de control pueden dar certezas sobre lo actuado por este gobierno y garantía, sobre todo en las primeras determinaciones de la que pronto comienza.

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