En la semana que termina, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, y la Caja de Compensación...
Un millón de vehículos en el área metropolitana
Según las proyecciones que hacen los expertos, dentro de cuatro años nada más, por el área metropolitana de Bucaramanga rodará un millón de vehículos, entre motocicletas, carros particulares, servicio público y demás modalidades de tránsito que diariamente cruzan, con extrema dificultad, las calles de los cuatro municipios conurbados y las vías de mayor amplitud, que los conectan. En solo un cuatrienio tendremos entre nosotros esta inmensa cantidad de vehículos atorados, contaminando el ambiente, contribuyendo al calentamiento global, estresando a los ciudadanos y causando decenas de miles de accidentes cada año.
Pero, además de este cuadro, sencillamente desolador, tenemos unos municipios que poco se preocupan por dar soluciones reales, de fondo y de largo plazo a este problema: las vías poco o nada se ensanchan, las estrategias de infraestructura vial brillan por su ausencia en toda el área, sólo tenemos ejemplos de obras que consumen un gran número de años y de presupuesto para que entren en funcionamiento, con muy discutible beneficio, como el llamado tercer carril de la autopista; las oficinas de tránsito hace tiempo sucumbieron ante la arremetida de las motocicletas, además del caos que causa el transporte pirata, todo lo cual hace que los conductores cada día sean más irascibles.
Las consecuencias de todo esto las vivimos todos los días, especialmente en Bucaramanga, donde cada vez son menos las calles y las horas en las que se puede circular libremente, lo que causa un perjuicio obvio a la economía, que tiene que moverse por rutas inseguras, sin zonas de cargue y descargue adecuadas, sin flujo para sus despachos, con retrasos de toda índole para sus clientes, sin zonas de parqueo suficientes y sin autoridad que ordene, así sea mínimamente, la situación, porque no se trata solamente de las incomodidades de los trancones, sino que la economía de estas ciudades no avance a los mismos 10 kilómetros por hora, que es la velocidad promedio a la que ruedan los carros.
Si, en lugar de recaer eternamente en la poco eficaz propuesta del pico y placa, en los siguientes cuatro años, prácticamente el período de los próximos alcaldes metropolitanos, no se logra estructurar una política conjunta de los municipios conurbados, si no se plantean y se ponen en operación estrategias de fondo, inversiones suficientes y objetivos claros en materia de tránsito, lo que incluye un verdadero y eficiente Sistema Integrado de Transporte Masivo, llegaremos al millón de vehículos menos preparados de lo que estamos hoy para darle vía a los 849 mil que acaban de contarse.