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Editorial
Lunes 05 de junio de 2023 - 12:00 PM

Una crisis que necesita respuestas claras y prontas

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No cabe duda de que el gobierno de Gustavo Petro afronta en estos días la crisis más profunda desde que asumió el poder el pasado 7 de agosto. La tormenta desatada en las últimas horas por cuenta de declaraciones de Armando Benedetti, uno de sus más cercanos colaboradores, no solo en la administración, sino en su reciente recorrido proselitista, lo han dejado en una posición francamente comprometida, ya que lo afirmado por el ex embajador en Venezuela no solo tiene un claro tufo de retaliación, sino que contiene señalamientos de supuestas conductas ilegales en la campaña electoral.

Así, del revuelo causado por el caso de su jefa de gabinete Laura Sanabria, pasamos ahora a señalamientos mucho más comprometedores, al menos en las declaraciones iniciales de Benedetti, que deberán tener los soportes probatorios necesarios para que puedan dar curso a acciones administrativas y legales, pero que, desde ahora, constituyen un severo golpe al gobierno nacional, por parte de uno de sus propios miembros, pero que, además, implica a otros tantos funcionarios actuales que formaron parte de la campaña presidencial en el primer semestre del año pasado y que también deben responder por sus posibles actuaciones indebidas en aquel momento.

Este último escándalo, además, encuentra a Petro en un momento en el que sus acciones tanto en las encuestas de favorabilidad de imagen como en sus respaldos en el legislativo están a la baja, luego de que se desintegrara la gran alianza política que logró conformar en las primeras semanas de su gobierno y que a medida que se tramitaban sus grandes reformas sociales, fue desmoronándose hasta perder las mayorías. Esto significa que el primer mandatario deberá afrontar las consecuencias de esta crisis generalizada con sus propias fuerzas personales y políticas, es decir, su criterio y los partidos y movimientos que aún se mantienen a su lado.

Es imprescindible entonces que Benedetti responda por sus propias declaraciones, pero también deben hacerlo personajes que hoy ocupan altos cargos en el Estado, como es el caso del actual presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa Calderón, sobre quien recae buena parte del peso de los señalamientos del ex embajador, ya que fue el gerente de la campaña que ahora se señala. Claridad en las denuncias, celeridad en las investigaciones, transparencia en los procedimientos y justicia en las decisiones a las que se llegue al final de todo este confuso asunto, es lo que conviene al país, que sin duda sufre directamente las consecuencias de lo que está sucediendo y habrá de ocurrir con este caso.

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Publicado por Editorial

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