Publicidad

Editorial
Lunes 16 de diciembre de 2019 - 12:00 PM

Una herida que no cierra

Compartir
Imprimir
Comentarios

El pasado domingo, la revista Semana reveló un escalofriante informe que da cuenta de la existencia de la que sería la primera fosa común con los cadáveres de cerca de 50 víctimas de falsos positivos en el país.

Con fundamento en la declaraciones de un grupo de militares a la Justicia Especial para la Paz (JEP), se ordenó la exhumación de los cuerpos que se encuentran en diversas fosas en el cementerio de Dabeiba (Antioquia), donde se encontrarían los cadáveres de decenas de civiles que, según el relato de los militares a la JEP, fueron presentados como bajas en combate de la Brigada XI, entre 2005 y 2007. En realidad, según el relato de los militares, se trataba de menores de edad, personas en condición de discapacidad, adictos y habitantes de calle, que fueron presentados como guerrilleros, para obtener permisos, bonificaciones y días de descanso.

Este doloroso capítulo de la historia de nuestro país, mal llamado ‘falsos positivos’, no ha sido dimensionado en su realidad por los colombianos, ni se ha llegado al fondo de lo ocurrido.

Los militares que han declarado ante la JEP ya fueron condenados y hoy pagan su pena en prisiones militares, pero en su compromiso de reparación empiezan a contar dónde escondieron los cuerpos de estas víctimas inocentes, como un compromiso con la verdad. La JEP ha escuchado a cerca de 100 militares, que han narrado cómo fueron miles las víctimas inocentes que fueron enterradas y de cuyos crímenes no tuvo conocimiento la Justicia.

Hoy, la tarea de los magistrados es saber si tales declaraciones son ciertas e iniciar el proceso de identificación y entrega de los restos a sus familiares.

Según ha trascendido, se tiene información de 201 lugares de posibles inhumaciones, donde estarían los cuerpos de muchos quienes hoy siguen siendo buscados por sus familiares como desaparecidos.

Hasta el momento, se han confirmado cerca de 2.200 civiles inocentes que fueron presentados como guerrilleros, lo que ha llevado al procesamiento de 5.626 personas, de las cuales cerca de 4.000 eran soldados.

Este doloroso capítulo de la historia de Colombia sigue siendo una herida sin cerrar de la que debemos saber su verdadero alcance. Son miles de familias las que aún siguen buscando a sus familiares, que un día desaparecieron sin dejar rastro. Sin duda, estas diligencias donde la verdad empieza a emerger revelarán el paradero de muchos de estos desaparecidos y permitirán ver la verdadera magnitud de esta macabra práctica, muchos de cuyos responsables siguen aún en la impunidad.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Diana Giraldo

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad