Publicidad

Política
Domingo 19 de marzo de 2023 - 12:00 PM

Hay desorden dentro del Gobierno Petro Hubo desbandada de viceministros en menos de siete meses

En menos de siete meses, seis viceministros del Gobierno Petro dieron un paso al costado y se fueron, algunos en medio de polémicas. Las renuncias no solo generan ruido, también repercuten en el funcionamiento del Estado.

Compartir
Imprimir
Comentarios

Compartir

En los entresijos del Gobierno hay unos puestos que son tan esquivos como codiciados: los viceministerios.

Se trata de mandos medios que, aunque gozan de cierto poder e influencia, son muchas veces los dolientes –lejos de los reflectores– a la hora de atender chicharrones y apagar incendios.

Sin embargo, en estos siete meses, esas plazas se convirtieron en otro talón de Aquiles para Gustavo Petro. Le estallaron.

¿La razón? El 'despelote', los choques y las rencillas que se viven en algunos despachos y que han terminado –hasta ahora– con seis renuncias, la mayoría ambientadas por el escándalo y el ruido, por no hablar de la otra desbandada que se vive en algunas direcciones y secretarías.

La más reciente salida toca a Laura Gil, hasta esta semana viceministra de Asuntos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Su caso ejemplifica con creces lo que sucede en algunos despachos: después de semanas de tensión y disputa con el canciller Álvaro Leyva, de señalamientos mutuos y pérdida de confianza, le informaron que tenía que dejar su cargo.

La salida de Gil, al igual que otras como la de Belizza Ruiz (del Viceministerio de Energía en la cartera de Minas) o de Flor Esther Salazar (del Viceministerio de Empleo y Pensiones del Ministerio de Trabajo), tienen de por medio controversia y pelotera.

Para entender el origen de los cada vez más ruidosos conflictos en los “vices” del “Gobierno del cambio” –que más allá de la polémica repercuten en la gobernabilidad del presidente y en el andamiaje del Estado–, hay que conocer su funcionamiento práctico y aterrizar su dualidad.

“Son poli-técnicos. Allí llegan técnicos con origen político, o políticos con conocimiento técnico”, explica una fuente que ocupó viceministerios en gobiernos pasados.

Cada ministerio

En ese sentido, cada ministerio cuenta con dos o máximo tres viceministerios a los que aterrizan funcionarios de libre nombramiento y remoción, “que se encargan de coordinar temas específicos, ir al Congreso, redactar reformas, asistir a reuniones o ponerle el pecho al paro del sector, para que luego sea el ministro el que llegue para la foto y la firma de acuerdos”, agrega la fuente.

Además, es usual –casi que una costumbre y hábito en el Ejecutivo, sin importar el gobernante de turno– que, de los dos “vices”, uno sea nombrado por el presidente y el otro sea de la cuerda del titular de la cartera.

“Los ministros tienen potestad para nombrar sus directores y secretarios generales, pero saben que uno de sus viceministros es nominado por el presidente”, señala otro exvice.

No obstante, justo ahí es donde recaen los líos en el gobierno Petro: “El presidente casi que nombró a todos los viceministros, es decir, le ha dado poco juego a los ministros que terminan agarrados con subalternos que no pusieron y que resultan decisivos para tramitar sus proyectos e intereses. Petro casi que les impuso los ‘vices’ a sus ministros y eso no hace que la relación fluya”, admitió a este diario un funcionario de la Presidencia.

De hecho, en medio de toda esta crisis, hoy en los corrillos de Palacio se recuerda una reunión que recién posesionado hizo el mandatario, en la que les anunció a sus ministros cuáles serían sus viceministros, haciendo hincapié en una condición que se impuso a otras consideraciones: la juventud.

Esa cláusula, que muchos vieron como una carga, no cayó bien en algunas carteras.

Además, el dejo de descontento se exacerbó cuando los ministros propusieron a sus propios “vices”, que necesitaban previo beneplácito de Petro, por lo que no necesariamente todos los que finalmente quedaron fueron de la entraña de los titulares de las carteras.

“De las mechas”

El caso de Laura Gil deja al desnudo varias de las flaquezas y dificultades que, en escasos 7 meses de gobierno, generó la estrategia Petro a la hora de nominar los “vices”.

En efecto, la funcionaria saliente llegó a su cargo con respaldo directo del presidente, pero no con el espaldarazo del canciller Leyva.

Así, lo que podría verse como una oportunidad de trabajar de tú a tú y generar resultados conjuntos, terminó en un rifirrafe cada vez más público, pues –como lo reveló este diario– la exviceministra no veía en Leyva un experto idóneo para el cargo, y Leyva sólo veía en Gil una rival con ansias de correrle la butaca y quedarse con su puesto.

“Ella llegó por Petro y no por Leyva, y mire el resultado: terminaron agarrados de las mechas. Todo porque el presidente no les dio libertad a sus funcionarios”, alegan en Cancillería.

El asunto va en que la entidad a la que ambos pertenecen –que debería funcionar correctamente para estar al servicio de los colombianos–, está sumida en roces, falta de articulación y vacíos en política exterior.

Por si fuera poco, hay acusaciones de rosca, malos tratos y hasta acoso dentro del Palacio de San Carlos, lo que empaña todavía más la tarea de los funcionarios.

No menos ruidosas son otras salidas. En enero pasado, la controversia se centró en el Ministerio de Minas y en la sonada renuncia de Belizza Ruiz del Viceministerio de Energía.

Al igual que Gil y Leyva, Ruiz –apadrinada por Petro– sostuvo un sonado rifirrafe con la ministra Irene Vélez.

La discusión saltó de los escritorios a los medios, al punto que la “exvice” reclamó por mentiras e informes falsos, justo en otra delicada controversia: la firma o no de contratos de exploración petrolera. “Ya no se soportan”, decían en la entidad.

Un mes después, también en ese despacho, renunció el viceministro de Minas, Giovanni Franco.

Si bien el exfuncionario era de la cuerda de Vélez, su salida estuvo precipitada por el ala más radical del Pacto Histórico, que le cobró al “exvice” su cercanía con multinacionales mineras.

Varios parlamentarios del petrismo duro y que conforman la Comisión Accidental para la Revisión y Actualización del Código Minero –entre ellos Ermes Pete, Carmen Ramírez o Robert Daza– llamaron la atención por supuestos conflictos de interés entre Franco y la minera canadiense Libero Cooper. Al final, el exviceministro renunció.

En paralelo, a principios de febrero, se formalizó otra renuncia, esa sí mucho más estrepitosa: la de Flor Esther Salazar, exviceministra de Empleo y Pensiones del Ministerio de Trabajo. Al ratificar que fue el propio Petro quien le brindó su confianza, la exfuncionaria alertó que la elaboración de la recién presentada reforma pensional se estaba dando “de manera poco responsable” y, pese a que buscó apoyo técnico por parte de la ministra Gloria Inés Ramírez, no tuvo respuesta.

“Se me hacía difícil estar en un lugar en donde en diversas circunstancias no se tomaba en cuenta mi opinión en la toma de decisiones sobre asuntos que le competen al Viceministerio”, sostuvo la “exvice” en su carta de renuncia, dejando en evidencia –una vez más– el divorcio que se vive en algunos despachos del alto gobierno.

Los otros “vices”

Además de Laura Gil, esta semana se conoció la renuncia del viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, Hernando Bayona. Su salida, que se hará oficial el 31 de marzo, está motivada porque es de la cuerda del exministro Alejandro Gaviria.

Muestra de esa cercanía es que Bayona fue director de los programas de Licenciatura de la Universidad de los Andes, de la que Gaviria fue rector antes de dar el salto electoral en 2022.

A regañadientes, consciente del relevo que implica la llegada de la ahora ministra Aurora Vergara, Bayona anunció su salida el pasado jueves a través de una carta en la que le advierte a Petro que “tiene una gran responsabilidad, le pido que no nos defraude”.

Previamente, en medio de un foro de la Universidad EAFIT, otro exviceministro –Sergio Cristancho, de Conocimiento, Innovación y Productividad–, formalizó su renuncia del Ministerio de Ciencias.

El exfuncionario contaba con una particularidad: pese a ser nombrado en ese cargo durante el gobierno de Iván Duque (en abril de 2021), Petro y el ministro Arturo Luna resolvieron mantenerlo en el puesto.

¿Por qué salió, entonces, pasados siete meses? Según contaron fuentes dentro esa entidad a este diario, si bien Cristancho fue ratificado debido a que su rol es eminentemente técnico y ayudó en la formulación de varios planes institucionales, se hizo necesario el relevo “en búsqueda de gobernabilidad y de involucrar a funcionarios más políticos, pero no por ello menos técnicos”.

¿Qué más hay detrás?

En medio del ambiente cada vez más enrarecido que se cierne sobre sobre los viceministerios, este diario buscó respuestas por parte del Gobierno Nacional.

El ministro del Interior, Alfonso Prada –quien también hace las veces de vocero del Ejecutivo– se limitó a responder que los relevos son simplemente “cambios normales en la dinámica de cualquier gobierno”.

Al margen de lo escueto de la repuesta, otra duda que se abre es por qué la mayoría de las renuncias están enmarcadas en peloteras y revueltas públicas.

Según un exviceministro, el lío es que los funcionarios del Gobierno Petro no han entendido la dinámica política y gubernamental del Estado, y pocos tienen experiencia en administración y gerencia pública.

“Muchos se creen dueños de los despachos. No entienden que son funcionarios de libre nombramiento y remoción que, así como los encargan, así los despachan. Usualmente no hay mayores explicaciones de por medio, uno entiende que son cargos políticos. Por supuesto es frustrante, pero uno sabe a lo que se atiene cuando acepta el cargo”, agrega el exfuncionario.

Advierte que, así como los ministros, los “vices” son fusibles. Es decir, componentes que pueden ser cambiados con conveniente facilidad y sin mayor reparo por el gobernante de turno.

A la renuncia de los seis exviceministros, en estos meses de Gobierno se suma la salida de tres exministros. Llama la atención que en el caso del Ministerio de Educación quien le hizo el relevo a Alejandro Gaviria fue una viceministra: Aurora Vergara, que venía de Educación Superior.

En la misma línea, en Cultura –donde alertan por una parálisis por ausencia de altos mandos en propiedad– permanece como encargado Ignacio Zorro, quien venía estando al frente del Viceministerio de Creatividad y que suena como el más opcionado para remplazar a Patricia Ariza.

Así como en ministerios y viceministeios, en otras instancias del Estado también se presentan renuncias en medio de escándalos y controversias, entre ellas, la de un director, un subdirector y 3 secretarios en diferentes entidades.

Aunque el Ejecutivo insiste en que todo se enmarca en un reajuste de tuercas y movimientos rutinarios, la oposición no deja de ver la situación como un despelote.

De las renuncias venideras, los eventuales escándalos alrededor y la forma como se dé el reacomodo en los próximos meses dependerá si se sigue empantanando el panorama para Petro o, por el contrario, se logra una verdadera armonía y acople que ponga a andar, al fin, al “gobierno del cambio”.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por El Colombiano

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad