Tras la decisión del Presidente Iván Duque de reactivar las órdenes de captura de los 10 miembros negociadores del Eln y poner fin a los diálogos de paz, analistas consideran que será casi imposible revivir una salida negociada con esa guerrilla.
En la noche de ayer, el presidente de la República, Iván Duque, anunció la reactivación de las órdenes de captura de los 10 miembros negociadores del Ejército de Liberación Nacional, Eln, que permanecen en Cuba, y el rompimiento definitivo de los diálogos con esa guerrilla.
“Esto significa la terminación inmediata de todos los beneficios otorgados a ellos en el pasado por el Estado y la activación de las circulares rojas de la Interpol”, indicó Duque, quien agradeció y le pidió al Gobierno de Cuba “hacer efectivas las capturas de los terroristas que se encuentran en su territorio y entregarlos a las autoridades policiales colombianas”.
El Presidente de la República aseguró que el Gobierno Nacional seguirá fortaleciendo el respaldo internacional para condenar y perseguir a este grupo terrorista, y anunció que se continuará la persecución “con todas las capacidades ofensivas y sancionatorias del Estado”.
Según Duque, el diálogo solo será posible, si el Eln le demuestra al país su voluntad de paz, con hechos concretos como la liberación inmediata de todos los secuestrados y el fin de todas sus acciones delictivas. Por eso los expertos consideran que estos condicionamientos hacen díficil que el proceso de paz reviva más adelante.
“Condenados al fracaso”
Para el analista político Andrés Mejía Vergnaud, las visiones tan radicalmente diferentes que tienen el Estado colombiano (independientemente del Gobierno de turno) y la guerrilla del Eln sobre lo que significan unas negociaciones de paz convierten cualquier intención de diálogo para buscar el fin de conflicto en un esfuerzo que termina siendo siempre en vano.
Según Mejía, desde que comenzaron los acercamientos de paz entre el Gobierno Nacional y el Eln, a principios de los años novena, el Estado y la guerrilla siempre han tenido visiones abismalmente distintas sobre la percepción de los diálogos.
Mientras el Gobierno Nacional considera que la negociación de paz con los grupos armados es bilateral y con el único objetivo de desmovilizar al grupo armado y lograr la reinserción de sus miembros; para el Eln, el proceso consiste en realizar una serie de asambleas que lleven a una gran convención de paz, en la que participe la comunidad y en las que no solo discutan la desmovilización de la guerrilla, sino también la posibilidad de cambio de todo el sistema político y social del país.
“El secuestro y los asesinatos son determinantes, pero considero que aún si no hubiera sucedido lo del atentado terrorista del jueves, el proceso con el Eln estaba condenado al fracaso”, indicó Mejía.
En tal sentido, el analista considera que el país debería prepararse para enfrentar militarmente al Eln en un combate nuevo y extenso.
“El Gobierno no tiene otra alternativa, sino prepararse para tener una confrontación larga contra el Eln, porque el Eln es muy diferente a las Farc. El Estado se especializó para enfrentar a las Farc y ahora deberá enfrentar a un grupo guerrillero con una composición y modus operandi totalmente diferente”, agregó Mejía.
“Enemigos de la paz”
Por su parte, el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, consideró que el atentado en la escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander deja varios mensajes que deben ir dirigidos a la unidad de toda la Nación, para repudiar este tipo de acciones criminales, pero sobre todo, para no permitir que los “enemigos de la paz” se salgan con la suya y regresen al país a sus épocas de violencia.
“Hay unos saboteadores que no quieren ver que el país está cambiando, que quieren volver a la guerra. En el peor año de la guerra tuvimos 3.000 secuestros, el año pasado fueron 160; en el peor año de la guerra tuvimos 700.000 desplazados, el año pasado fueron 70.000. Este es un país muy diferente y lo que no podemos hacer es regresarnos mentalmente a los años noventa y principios del dos mil. Hoy tenemos que garantizar la unidad”, señaló Ávila.
“Hay que mantener el diálogo”
Por su parte, el senador santandereano, miembro de la Comisión de Paz del Congreso, Horacio José Serpa, le solicitó al Gobierno Nacional que mantenga, así sea mínimo, las conversaciones de paz con la guerrilla del Eln.
“No estoy de acuerdo con que se levante completamente la mesa de negociación con el Eln, debe haber un diálogo mínimo con este grupo guerrillero para tratar de buscar la paz. Habrá que apretarles las tuercas a esos diálogos y después evaluar si se puede continuar con las negociaciones o si definitivamente se tienen que levantar”, señaló el Senador liberal.
Según Serpa, el Gobierno debe exigirle al Eln el cese al fuego, respeto por la vida y el Estado, para de esa forma definir si esa guerrilla tiene voluntad o no de continuar con los diálogos de paz.
