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Santander Sin Límites
Jueves 31 de octubre de 2019 - 12:00 PM

Pequeñas grandes historias de vida en Bucaramanga

Desde que vinieron a este mundo, los pequeños de la Casa Hogar Niños de Fátima se la juegan por tener una mejor opción de vida en este gran lugar que les brinda comida, abrigo y, lo más importante, cariño y atención con los cuidados de Fátima Bacca. Esta es una de las cinco fundaciones que hace parte de la campaña social Santander sin límites, que realiza Vanguardia junto con empresas aliadas.

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Fotos: Fabián Hernández / VANGUARDIA
Fotos: Fabián Hernández / VANGUARDIA

Fotos: Fabián Hernández / VANGUARDIA

Minutos antes de que aparezca el alba en la ciudad, muchos se preparan para iniciar sus jornadas laborales, otros para emprender sus proyectos y otros para iniciar con una nueva oportunidad de ‘devorar’ al mundo con sus ideas. No obstante, para los pequeños que hacen parte de la Casa Hogar Niños de Fátima, es un día más en el que ‘sobreviven’ a la dura selva de cemento en la que les tocó nacer. Una dura selva de cemento que los puede llegar a ‘devorar’.

Para la pequeña Agatha*, hoy no es un día normal, pues con tan solo tres años solo espera que su mamá, una trabajadora sexual de Bucaramanga, la lleve a la Casa Hogar donde pasa un día diferente. Un día en el que el juego, la comida, el cariño y sus compañeros le hacen más amena la vida.

Lleva tres días encerrada en el cuarto de un hotel del Centro de Bucaramanga y solo espera que su ‘ángel guardián’ llegue a rescatarla de ese oscuro y frío lugar donde la humedad, el ruido de un televisor viejo colgado a la pared y una cama sin tender y desordenada son su única compañía. Son tres días en los que, al parecer, su único alimento ha sido un tetero que ya ni lleno de aire está.

Por suerte, Fátima, quien dejó atrás su vida de trabajadora sexual para brindarles a los niños el cuidado y amor que no dio a sus hijos, siempre está atenta al rescate. Ha llegado a eso de las 7:30 a.m. y con sus ojos llenos de emoción, Agatha la recibe con una cálida sonrisa, pues su día ha sido salvado.

“La mamá ni sabe que mi Mona* está aquí. La verdad me fui a buscarla porque ya hacía tres días que no me la traían, entonces me preocupé y decidí ir por mi niña, eso sí le dije a la señora del hotel que me la llevaba porque la veo muy acabada y por eso me fui a rescatar a mi Mona”, resalta con alegría y tranquilidad Fátima Bacca, líder y fundadora de Casa Hogar Niños de Fátima – Fundación Clown por una Sonrisa.

Es verdad, la Mona se ve un poco decaída y con mirada triste, pero cada vez que Fátima pronuncia su nombre voltea a mirar atenta y muestra esa enorme sonrisa que da un parte de tranquilidad.

Un hogar amoroso

Como la historia de Agatha son muchas por las que ha vivido Fátima, quien ahora recuerda una de las que más le impactó. “Eran dos gemelitas y ellas venían a la Casa Hogar, pero un día el papá y la mamá empezaron a pelear en el hotel en el que vivían, la pelea pasó de los puños al cuchillo, lo peor fue que el papá por herir a la mamá terminó afectando a una de las gemelas, a quien tuvieron que operar y todo el estomaguito lo tiene con malla. En ese momento me di cuenta que yo tengo que seguir con la labor con mis niños”.

Otro de los pequeños más traviesos es Marco*, quien solo espera a que Fátima se descuide para ir por los tazones de comida de ‘Niña’ y ‘Niño’, la perrita y el gato de la Casa Hogar. Este chiquitín es de ojos grandes, negros y profundos, pero mirada triste. Sin embargo, siempre está en busca de abrazos, los cuales acompaña con una sonrisa pícara y alentadora, la cual creo que le saca a esos momentos coyunturales que le suceden a su corta edad, dos años.

Marco, el famoso ‘Escapista’ es otro hijo de una trabajadora sexual, aunque con más suerte porque no hay día que su mamá no lo lleve a la casa hogar a divertirse con sus amiguitos.

Más cariño

“Yo adopté, junto con mi esposo, a un niño que me dejaron botado aquí, es un venezolano y nosotros nos quedamos con él. Lo cuidamos y lo tratamos como si fuera de nuestra propia sangre, porque aquí los niños necesitan mucho amor. Todos, todos mis niños están acá muy bien cuidados, los alimentamos bien, les brindamos cariño, no escuchan malas palabras y de eso se trata, de darles un día diferente y mejor al que pueden pasar con sus mamás en los hoteles en los que viven”, asegura Fátima Bacca.

Fundación Clown por una Sonrisa- Casa Hogar Niños de Fátima es una de las cinco fundaciones que concursa por el premio de hasta $25 millones de la campaña social Santander sin límites de Vanguardia y empresas aliadas. Con este dinero busca invertir en insumos que le faltan al hogar como lavadora, estufa, nevera, pintura para la casa, grama sintética, tableros, sillas y mesas, entre otros.

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Publicado por Paola Reyes Bohórquez

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