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Barrancabermeja
Viernes 09 de agosto de 2019 - 12:00 PM

Bocachico y bagre en riesgo de estar en vía de extinción

Vanguardia consultó a la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, Aunap, entidad que explicó los factores que están influyendo en la disminución de las especies que habitan el río Magdalena.

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Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA
Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA
Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

 Alexander Becerra Osma / VANGUARDIA
Alexander Becerra Osma / VANGUARDIA

Alexander Becerra Osma / VANGUARDIA

Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA
Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA
Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

Marcelo Almario Chávez / VANGUARDIA

Dos especies del río Magdalena, catalogadas como símbolo de la riqueza natural y de la gastronomía regional, las cuales no solo identifican la idiosincrasia de sus pobladores, sino que también su captura y comercialización es base de la economía, hoy están a punto de ser declaradas en riesgo de estar en vía de extinción.

Se trata del bocachico y el bagre, peces que hace más de 40 años abundaban en el principal afluente de Colombia, apetecidos por los comensales propios y extraños, en Barrancabermeja, en Puerto Wilches, Cantagallo, San Pablo, en toda la ribera por donde el río discurre en el Magdalena Medio y sur de Bolívar.

La realidad es contundente, en las últimas cuatro décadas el bocachico y el bagre han disminuido en número, así lo corroboró el profesional especializado de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, Aunap, Javier Ovalle Martínez.

El funcionario, quien labora en la sede de la Aunap en Barrancabermeja, confirmó que estas dos especies están en riesgo de entrar en vía de extinción en el río Magdalena.

Advirtió que en el libro rojo de las especies en vía de extinción en Colombia están el bocachico y el bagre, sin embargo aclaró que “una cosa es considerar una especie en vía de extinción y otra considerarla en riesgo de entrar en vía de extinción”.

“En el caso del bagre y del bocachico, que son las especies de mayor captura, están en riesgo de entrar en vía de extinción, por lo cual no hay una alerta que diga que están en vía de extinción”, explicó el profesional de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca.

Ovalle Martínez reveló que hace 40 años las estadísticas del extinto Inderena mostraban que en la cuenca media del río Magdalena se producían 70 mil toneladas anuales de pescado y en la actualidad solo se capturan 12 mil toneladas anuales. La reducción de la producción pesquera es del 70% en las últimas cuatro décadas.

La sobrepesca

Javier Ovalle Martínez indicó a Vanguardia que el bocachico y el bagre están en riesgo de entrar en vía de extinción por la sobrecaptura de estas especies, debajo de la talla mínima de reproducción, establecida por el Estado, a través de la Aunap.

“La norma establece unas tallas mínimas de captura, que para el bocachico es de 25 centímetros, desde la boca hasta donde comienza la cola; para el caso del bagre es de 80 centímetros. Son las longitudes estándar, de captura de cada especie. Otras especies como el blanquillo y la doncella no están todavía afectados de manera significativa por la sobrepesca por debajo de la talla mínima”, destacó.

Avalanchas de lodo

El experto de la Aunap explicó que el bagre es una especie que cuando ocurren fenómenos naturales o inducidos como las avalanchas de lodo, no busca protección.

Señaló que al bagre lo afectan las cargas abruptas de sedimento, “como lo que ha pasado en el río Carare, afluente que inicia como río minero, en las minas de esmeralda en Muzo, Boyacá”.

“Cuando ocurren accidentes operacionales en las minas de Muzo se generan las avalanchas de lodo, los famosos barrejobos que denominan los pescadores, una mezcla de sedimentos y agua que tapan, obstruyen las agallas (branquias) de los peces y el bagre es una especie que no sabe como reponerse, huirle a tal contingencia, y se deja morir. Mientras tanto, el bocachico ha desarrollado la habilidad de escapar, buscar los caños o quebradas que desembocan en el río Carare para salvarse”, indicó Ovalle Martínez.

Otros factores

Ovalle Martínez manifestó que los anteriores factores están ligados a la naturaleza, pero también a la mano del hombre.

Denunció que en la región la ampliación de la frontera agropecuaria se está convirtiendo en un grave problema para la preservación de las especies.

“Le están quitando espejo de agua a las ciénagas. En algunos sitios están bombeando agua del afluente para secarlo y poder ampliar las zonas de pastoreo de ganado, en especial de búfalo. Dicha práctica ha venido reduciendo los espejos de agua, hábitat de las especies como el bocachico y el bagre, que terminan viéndose afectadas de manera significativa”, manifestó.

El funcionario de la Aunap indicó que los altos periodos de verano de los últimos tiempos, como el de principio de año, que secó casi en su totalidad la ciénaga del Opón, también han incidido en la merma de las especias.

“El nivel de las aguas se redujo en un 80% y pudo generarse una gran mortandad de peces”, señaló.

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