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Barrancabermeja
Jueves 01 de noviembre de 2018 - 12:00 PM

Con esta pesadilla solo pido que no se olviden de nosotros

Hoy se cumplen doce días de la tragedia que dejó diez personas fallecidas por el deslizamiento de tierra ocurrido en el asentamiento Altos de Bellavista de la comuna Tres.

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El lunes fue reubicada María en una vivienda, por tres meses, en el barrio Caminos de San Silvestre. (Foto: Paola Ríos Reyes/ VANGUARDIA LIBERAL)
El lunes fue reubicada María en una vivienda, por tres meses, en el barrio Caminos de San Silvestre. (Foto: Paola Ríos Reyes/ VANGUARDIA LIBERAL)

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El lunes fue reubicada María en una vivienda, por tres meses, en el barrio Caminos de San Silvestre. (Foto: Paola Ríos Reyes/ VANGUARDIA LIBERAL)

La desgracia marcó sus vidas, en especial para los familiares de las víctimas mortales, quienes piden a los barranqueños y a la Administración Municipal que no los dejen en el olvido.

Con un profundo dolor han tenido que continuar sobreviviendo y empezar un nuevo camino, pese a que señalan son pocas las ayudas que les han brindado.

Este es el caso de María Yesenia Ulloa Pérez, de 22 años, quien perdió a su mamá, dos hermanos (18 y 14 años) y sus dos hijos, y ahora sola con el dolor a cuestas ha tenido que sacar fuerzas para luchar y lo hace según ella por el hijo de tres años que le quedó pero se encuentra viviendo en Venezuela.

“Nadie se alcanza a imaginar la magnitud de lo que sentí.

Esa mañana llegaba del trabajo con un pedacito de torta en la mano porque ese domingo 21 de octubre mi hermano Sergio cumplía sus 14 años y estaba feliz porque había pasado el año escolar.

Cursaba quinto primaria y ya en el colegio le habían dado la noticia. Yo prometí darle un celular, pero la vida no me dejó cumplirle ese sueño.

Me duele el alma, me duelen mis hijos, mi madre, mis hermanos, mi mundo se vino abajo en un par de minutos”, señaló María, en la sala de su nuevo hogar que la Alcaldía de Barrancabermeja le asignó durante tres meses con un subsidio de arrendamiento por $250 mil pesos.

Sumado a ello debe buscar el dinero de los servicios públicos ya que no los cubre el subsidio y mirar después de ese tiempo para dónde se va, pues por ahora es el único plazo de ayuda que le ofrecieron.

“Con esta pesadilla solo pido que no se olviden de nosotros. Los que quedamos vivos y tenemos que seguir luchando”, añadió María con voz entrecortada y recordando aquellos preciados momentos junto a su familia.

También tres de sus sobrinos que fueron los menores que sobrevivieron a la catástrofe, pasan por una difícil situación ya que les ubicaron una casa provisional pero está vacía y en el desplome perdieron todos los enseres, lo que ha hecho que no la puedan habitar porque el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar exige un ambiente adecuado para que puedan tener calidad de vida.

No son suficientes los auxilios

Pese a que los barranqueños se han unido en jornadas de solidaridad para recoger ayudas para los damnificados del siniestro ocurrido, ellos señalan que no les han llegado.

“Vengo haciendo el acompañamiento a la comunidad desde el día que pasó todo. La muchacha Angie de los 3 niños sobrevivientes le dieron un arriendo del mismo valor, un mercado y tres colchonetas. Al hijo de doña Gladys Pérez que también quedó, no le dieron nada, solo una funcionaria a nivel personal le regaló lo de un arriendo. La otra señora Yesenia, quien perdió a su hijo Jhon Porras, de 19 años en esta tragedia, la Administración Municipal no le colaboró en nada”, dijo María Ravelo, defensora de los derechos humanos.

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Publicado por PAOLA RÍOS REYES

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