A mediados del pasado mes de febrero un vendaval, que extrañamente apareció en medio de la fuerte sequía que atraviesa la ciudad, se ensañó con la escuela Campo Cinco en el corregimiento El Centro.
El hecho dejó seriamente averiado el techo de la sede educativa rural y a sus estudiantes sin aulas durante casi 20 días.
El secretario de Infraestructura local, Gerson González, confirmó que ya se hizo la reparación de los daños.
“Se visitó el lugar con personal de la Secretaría. Lo que se hizo fue un mantenimiento y arreglo de la cubierta. Además, se repararon algunos aires acondicionados y puertas. Se hizo un mantenimiento general de las instalaciones”, indicó el profesional.
Pero el plan de recuperación no paró allí. La rectora de la Institución Educativa Laureles, Ana Isabel Gutiérrez, de la cual hace parte la escuela Campo Cinco, confirmó que tanto el colegio como la comunidad unieron esfuerzos para brindar mayor seguridad a los estudiantes.
“Con fondos de la junta y fondos de la institución nos dimos a la tarea de encerrar la escuela para que no entraran vacas”, aseguró la directiva docente.
Además, reportó que aunque no hubo daños significativos en equipos electrónicos o mobiliario muchos libros sí tuvieron que desecharse pues quedaron inservibles por el agua.
“En dos semanas y media los estudiantes no tuvieron clase porque nos preocupaba sobre todo la seguridad. Había cables tirados en las aulas y por esos días siguió lloviendo”, agregó la Rectora.