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Barrancabermeja
Viernes 08 de marzo de 2019 - 12:00 PM

La bicicleta, la reina del transporte barranqueño

Antes de que llegaran los buses y taxis a prestar el servicio de transporte público, en Barrancabermeja eran las bicicletas las que mandaban la parada en la Bella Hija del Sol.

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Fernando Acuña, vigía cultural
Fernando Acuña, vigía cultural

Fernando Acuña, vigía cultural

En 1817, el barón alemán Karl Christian Ludwig Drais von Sauerbronn inventó el primer vehículo de dos ruedas, al que llamó máquina andante, precursora de la bicicleta.

Y quien iba a pensar que un siglo después, el sencillo, pero revolucionario vehículo se iría a convertir en el medio de transporte más usado por los barranqueños.

La historia petrolera, que miles de personas forjaron en tierras bermejas, se desplazó al ritmo de los ‘caballitos de acero’.

El Puerto Petrolero, en materia de movilidad, “se convirtió en el pueblo de las bicicletas”.

Así calificó a Barrancabermeja William Tapias Guerrero, uno de los veteranos más queridos y apreciados de la ciudad, quien a pesar del paso de los años, aún mantiene la tradición de pedalear para dirigirse a todas partes, así como en los años cincuenta lo hacía en compañía de multitudes.

“Esta ciudad estaba inundada de ciclas, era el medio de transporte por excelencia, habían pocas motos, y los buses aún no habían llegado”, recordó el hombre, que a sus 78 años añora aquellos días de poco tráfico vehicular.

“En 1952 la Tropical Oil Company dotaba de bicicletas a sus trabajadores, se las suministraba ayudando al trabajador con un subsidio. Las marcas más comunes eran la Rally y la Humber. La Trocco les vendía las bicicletas a sus empleados a un costo muy bajo.

“En la refinería trabajé como temporal, era pintor, y cuando sonaba el pito, a las 4:30 de la tarde, hora de salida, todo mundo cogía su bicicleta y de regreso a casa. La conversa en el trayecto era agradable, montados en los ‘caballitos de acero’ soñábamos con un mejor futuro, no solo para nuestras familias, sino también para todo el pueblo barranqueño”, narró don William, quien cuando los buses llegaron al puerto, comenzó a utilizarlos, pero por un corto periodo de tiempo, y véalo de nuevo montado en su “máquina andante”.

Sin distingo de clase

La bicicleta no era un artículo de lujo para los barranqueños hace 50 años, era el medio de transporte más utilizado, sin distingo de clase.

Testimonio de ello es el caso de Marcelino Pestana, un contador de 77 años, quien en 1974 arribó a Barrancabermeja, proveniente de Montería con su esposa y su primer hijo, para ponerse al frente de la subgerencia de operaciones del desaparecido Banco del Comercio.

Todo un ejecutivo, quien prefirió pegarse a la movida de las bicicletas, para desplazarse hacia su oficina, que en aquella época estaba ubicada en la calle 49 con carrera quinta.

“La bicicleta la traje de Montería, era una Monark color azul, que me costó como $50 mil. Vivía en el barrio Galán, y me quedaba más fácil movilizarme al trabajo en ella. En esos tiempos los pocos buses iban repletos de gente, venían del barrio Palmira y sectores nororientales, por comodidad prefería desplazarme hacia mi trabajo en cicla, y de regreso a casa hacía lo mismo”, narró Marcelino, ahora pensionado del banco.

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Publicado por Marcelo Ricardo Almario Chávez

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