Directivas del Hospital Regional del Magdalena Medio denunciaron que 14 pacientes no han sido remitidos por sus EPS. Personería denunció a las EPS con más quejas en Barrancabermeja.
“Es más fácil llegar al cementerio con el paciente, que a las EPS en Barrancabermeja”, fue lo que manifestó la mañana de ayer el encargado de la delegación de Derechos Humanos de menores y la familia en temas de la salud de la Personería Municipal, Juan Gabriel Cadena Prada, al enterarse del padecimiento que 17 enfermos viven en el Hospital Regional del Magdalena Medio, a la espera de una remisión al tercer nivel de complejidad.
La demora de las EPS y los casos fueron advertidos por el coordinador médico del centro asistencial de segundo nivel de atención, Luis Ospino, quien una vez más dejó al descubierto la crisis por la que atraviesa el sector salud local.
“La dificultad para el hospital, como siempre ha sucedido, se presenta en los traslados a un nivel superior de atención, o especialidades con las que no contamos. La mayoría de las EPS no tiene contratos con IPS en otros municipios, u otro nivel de atención. Su red de servicio es muy escasa.
“La que mejor servicio tiene es la Nueva EPS, que hace poco firmó contrato con el Isabú, y los pacientes lo está recibiendo en Floridablanca; pero con Emdisalud, Comparta, Asmet Salud y Medimás se nos dificulta la remisión de los pacientes”, evidenció el galeno.
La situación es desesperante en los pasillos del Hospital Regional, tanto que uno de los pacientes, una adulta mayor de 81 años, quien sufrió fractura de la cabeza del fémur de la pierna derecha en una desafortunada caída, lleva 51 días esperando que la EPS autorice su traslado para ser sometida a una cirugía de transplante de cadera.
Su caso llegó a manos del delegado de la Personería, quien aseguró que fueron interpuestos tutelas y desacatos, pero también denuncia ante la Superintendencia Nacional de Salud, pero no ha sido posible que la EPS resuelva su situación.
“Ruego para que me haga ligero el traslado, porque ya son dos meses de estar aquí tirada en esta cama, y nada. Un sobrino está haciendo las gestiones para que la EPS me solucione, quiero volver a caminar”, rogó Isabel Martínez, dolorida por la fractura.
Por otro lado, postrado en una de las camas de la habitación 202 del hospital, Francisco Isaza, de 68 años, reciclador de oficio, clamaba a su EPS por una autorización que le permita ser operado del corazón. Y es que Francisco sufrió un infarto, cuando tiraba de la carreta donde cargaba botellas de plástico y cartón.
