Son varios enfermos y sus familiares los que son recibidos en el albergue del Socorro cada semana. Por un costo mínimo pueden disponer incluso de habitaciones con baño privado, televisión y tres comidas. La situación para las voluntarias empeora y piden ayuda a los socorranos.
Las Damas Rosadas Voluntarias del Socorro administran el albergue que presta servicio para que personas que provienen de otras ciudades a tomar servicios del Hospital Regional Manuela Beltrán sean hospedadas por el tiempo en que el paciente y su familia deban recibir servicios. Ligia Gutiérrez de Solano, presidenta, señaló que el lugar subsiste con el poco dinero que recibe de aportes de la comunidad y el recibido por cada huésped, es decir, entre 15 mil y 18 mil pesos, incluyendo las 3 comidas del día: “Es un precio sumamente barato. Lo hacemos porque nos nace del corazón ayudar y servir. Pero necesitamos de la ayuda de la comunidad para nosotras poder seguir haciendo esta labor. Tenemos ropa de segunda mano para vender. Hay prendas incluso que no pasan los cinco mil pesos en su costo y algunos elementos como lavadora, repisas, cosas para la casa. Tenemos también un teatro en casa. Todo esto son regalos de la gente que nosotros vendemos y con eso podemos pagar servicios, mercados y demás”.
El albergue nació con la idea de hospedar a personas que vienen de distintas partes del país y que requieren servicios médicos en Socorro. Gutiérrez de Solano advirtió que no se trata de un hotel o un lugar para particulares, pues está destinado específicamente a quien se acerque a la capital comunera por las diligencias ya mencionadas. “Cualquier entidad de salud expide un comprobante y ese se presenta en el albergue. Por tema de espacio, prioridad y presupuesto no recibimos ciudadanos de otro país, ni demás particulares”.