miércoles 27 de abril de 2016 - 12:01 AM

Carrera solar encendió motores en el desierto de Atacama, Chile

Con el desierto más árido del mundo a sus ruedas, la cuarta edición de la “Carrera Solar Atacama”, una competencia extrema y única en América Latina, exalta los beneficios de las energías renovables.

De los 17 equipos que iniciaron la travesía en Iquique (1.800 km al norte de Santiago), once aspiraban al trofeo y los restantes corrieron por fuera de la competencia, al no completar los requisitos técnicos necesarios para ir por el título de campeón.

Pilotos chilenos, bolivianos, colombianos e italianos recorrieron hasta ayer, 26 de abril, los 2.300 kilómetros de la competencia alineados en dos categorías: evolución, que suma a los vehículos movidos exclusivamente por energía solar; e híbrido, que mezclan energía solar con tracción a pedales.

Trabajo artesanal y tecnología futurista

Sobre la autopista que recorre de norte a sur el extenso territorio chileno, los autos, unos paneles sobre ruedas con una cabina en el centro donde se sienta el piloto, que pueden alcanzar los 150 km/h, avanzaron el primer día de competencia desde la zona norte donde el océano Pacífico se funde con las montañas teñidas de ocre del árido desierto.

Desde las primeras horas de la competencia el equipo italiano tomó la delantera, a una media de 100 km/h constató la AFP.

Dispersos en la ruta y promediando la primera jornada, los pilotos frenaban sus máquinas y con la ayuda de sus equipos -que hacen el recorrido en vehículos con combustible fósil a la par de los competidores- lanzaban agua sobre el panel solar de los autos para enfriar la máquina.

Durante las maniobras de enfriamiento y limpieza, un clima de tensión invadía al equipo que trabajaba a gran ritmo para dejar la máquina de nuevo en condiciones óptimas para una carrera en la que conviven el trabajo artesanal y rudimentario con máquinas con tintes futuristas.

El objetivo es terminar

Más allá de ocupar un lugar de privilegio en la competencia, los participantes tienen como meta terminar la carrera que implica un esfuerzo extremo por torcer el brazo al desierto, pero sin dañar el peculiar ecosistema.

En esa línea, la carrera busca concientizar al mundo sobre las ventajas de la energía solar en el transporte.

Lo negativo de estos prototipos es su alto costo que en promedio alcanza el millón de dólares en los autos que se mueven con energía solar, frente a los más de 5.000 dólares que cuestan los híbridos.

El inicio de la carrera en Atacama coincidió con la reanudación de la vuelta al mundo del avión ecológico suizo Solar Impulse 2, que se mueve también con energía solar.

La nave, pilotada por el suizo Bertrand Piccard, tiene previsto aterrizar el sábado en la ciudad californiana de Mountain View, cerca de San Francisco, tras 62 horas de vuelo e impulsada por sus miles de células fotovoltaicas que le permiten estar en el aire tanto de día como de noche.

La “Carrera Solar Atacama” tuvo su última etapa ayer 26 de abril en Collahuasi, extremo norte de Chile, y la premiación se hará hoy, en Iquique.

Algunos datos

Al desierto de Atacama se le conoce como el más árido de la Tierra. En Chile abarca las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y el norte de la región de Coquimbo— y cubre una superficie de aproximadamente 105 000 km².

Forma parte de la ecorregión del desierto del Pacífico, que incluye todos los desiertos costeros de Chile y Perú.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí.
Publicado por
Lea también
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad