Un escenario para la región
‘Zonar. Estar en situación, perforar el contexto’, del Colectivo Cuatro Cubos Crudos –integrado por Henry Buitrago, Miguel Ángel Gélvez, Wálter Gómez y Óscar Salamanca–, es uno de los dos proyectos curatoriales escogidos por el Ministerio de Cultura en la convocatoria del año 2014.
El Colectivo, que parte de la pregunta“¿Desde qué imágenes, alianzas, juegos, formas, construcciones y teorías el artista de la región oriente configura sus creaciones como escenarios de traducción contemporánea a partir de un ‘estar en situación’ frente a las intuiciones, los acontecimientos y las respuestas propias de sus contextos?”, propone su proyecto curatorial como “una forma de producción contemporánea en arte cuya función principal consiste en dejar abierta la posibilidad de continuidad”.
Los Salones Regionales de la zona oriente son los únicos binacionales, pues integran a Santander, Norte de Santander y el Estado Táchira, de Venezuela, hecho que añade un elemento extra y configura un diálogo interesante que inevitablemente conduce a pensar en las diferencias y las similitudes de las prácticas sociales y artísticas de las ‘regiones’ —más allá del territorio, como se pone en evidencia en la ‘zona Oriente’— y en si el arte lleva realmente una impronta ‘regional’ y hacia qué escenarios conduce ese postulado.
El Salón en la región oriente
El viernes 15 de mayo se abrieron al público los cuatro escenarios en los que se encuentran las obras de los veinte artistas seleccionados: sala de exposiciones del IMCT, Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, sala de arte del Centro Colombo Americano y Sala Macaregua de la sede UIS Bucarica, además de espacios al aire libre, como el Paseo España. En este acto, que convocó una ingente cantidad de público, por demás muy diverso, se contó con la presencia de delegados del Ministerio de Cultura, entre ellos, Carolina Ponce de León, asesora del área de Artes Visuales, con quien dialogamos.
— Hablemos un poco de los Salones.
— Los Salones Regionales de Artistas son un programa del Ministerio de Cultura que existe desde 1976 y que ha tenido diferentes formatos, el más reciente es el que utilizamos para esta edición, en la que hicimos dos convocatorias: una para la selección de diez proyectos individuales que se realizaron en las siete regiones del país (Caribe, Centro, Centro-Occidente, Pacífico, Orinoco, Sur y Oriente) el año pasado, y, la segunda, que son las exposiciones curadas, que surgen también de una convocatoria, en la que se hace una investigación curatorial de un año y luego realizan las exposiciones. La zona Oriente es una de las tres regiones que tiene dos proyectos ganadores: ‘Zonar. Estar en situación, perforar el contexto’, y ‘Este. Coordenadas itinerantes’, que se abre en julio.
— ¿Cuál es el objetivo de los Salones?
—Los Salones son una plataforma para el fortalecimiento de los campos artísticos regionales. El programa apunta a la descentralización de las artes, y busca revisar y visibilizar el arte de las diferentes regiones y las propuestas curatoriales. Lo que vemos es que hay una gran variedad de maneras como los curadores están entendiendo los procesos artísticos, que los proyectos de cada región son muy diferentes entre sí, y que en su interior también hay una gran diversidad. En este sentido, es un proceso de descentralización y también es un proceso de democratización de las artes.
—¿Qué se destaca en los Salones Regionales contemporáneos?
—Hay que decir, por una parte, que los procesos artísticos han cambiado; la instalación, el video, son prácticas comunes desde hace mucho tiempo, desde los años setenta, ochenta; el público lo podrá ver en los Salones: ahora el arte está más allá de lo que es una pintura de caballete o una escultura. Pero es más significativo aún que hay una expansión en las metodologías de los artistas. El arte, temáticamente, ya no está reflexionando sobre sus propias formas y lenguajes, sino que se configura en torno a procesos de investigación y procesos de participación ciudadana en que tratan de converger con diferentes saberes.
En cuanto al arte regional hay que decir que se crean transversalidades, pues al mismo tiempo que se habla de una experiencia cultural, histórica, local, específica, se emplean nuevos lenguajes que comienzan a hacer parte de un patrimonio común. En este sentido, el encuentro de conocimientos tradicionales con experiencias contemporáneas, la convergencia de tradiciones y lenguajes actuales, crea una riqueza nueva para las prácticas artísticas actuales.
—¿Y cómo crear ‘nuevos públicos’ que comprendan el lenguaje del arte contemporáneo?
— Ese es un problema de formación, pues las artes no son privilegiadas en el proceso educativo; por lo tanto, la gente no tiene acceso a conocer la historia del desarrollo del pensamiento artístico, y se queda con ideas muy tradicionales de lo que esy lo que debe ser el arte, y persiste una idea de que el arte debe cargar con una noción de belleza. Entonces, cuando la gente encuentra obras que van en contra del gusto, del canon, al carecer de una educación que permita acceder a nuevos lenguajes, choca con ellas. Frente a ello,se busca crear mecanismos de formación y de mediacióna travésde los Salones Regionales y el Salón Nacional; se busca ampliar la capacidad de apropiación y de comprensión de estos nuevos lenguajes.