Las bombillas y su impacto en el medio ambiente
Las lámparas y bombillas están catalogadas como residuos especiales, en razón a que contienen gases que mezclan en pequeñas cantidades el mercurio y el argón, para dirigir el flujo de la corriente eléctrica dentro del tubo.
Al contener una sustancia altamente tóxica, para evitar que se rompan es muy importante entender que su separación en la fuente, en las casas u oficinas, así como su disposición final, no corresponde hacerla con los residuos ordinarios y menos con los reciclables.
Para suplir esta necesidad, en Bucaramanga existe un programa de pos-consumo de este tipo de productos que nació a través de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), denominado Lúmina. Por medio de él los usuarios del servicio de energía eléctrica pueden desechar de manera segura bombillas y lámparas agotadas o que se partieron.
El peligro potencial para el medio ambiente y para la salud humana al manipular incorrectamente estos elementos, ha llevado a las instituciones ambientales del mundo a prestar una mayor atención al manejo adecuado de estos residuos, sumado a que la mayoría de instituciones e instalaciones generan una gran cantidad de ellos, por ser las lámparas fluorescentes una de las fuentes de iluminación disponibles más eficientes en el uso de este tipo de energía.
Hay que divulgarlo
Existe un problema de desconocimiento, pues gran parte de la población no sabe que el vapor en forma de gas que poseen las lámparas y bombillos pueden ser perjudiciales no sólo para las personas, sino para los cuerpos de agua, el aire, otros seres vivos y el suelo.
Según el especialista en ingeniería ambiental sostenible Carlos Vargas, subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Alcaldía de Bucaramanga, debido a que en la ciudad no se había hecho antes la aplicación del programa pos-consumo de iluminación, se consolidó el establecimiento de un punto fijo de recepción de las lúminas en el edificio de la Alcaldía.
LO QUE DEBEN HACER CON ELLAS LOS INDUSTRIALES
El programa colectivo de pos-consumo de iluminación Lúmina, conformado por empresas que hacen parte de más del 80% del mercado del sector de iluminación, estableció las siguientes medidas para que el usuario industrial las aplique al momento de desechar tubos fluorescentes, bombillas ahorradoras y fluorescentes compactas de alta densidad de descarga (HID), a los que hace alusión la Resolución 1511 del 5 de agosto del 2010, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en Colombia:
1. Empacarlos en cajas de cartón o contenedores adecuados, de tal forma que estén cubiertas y protegidas completamente.
2. Rotular las cajas con el mensaje: “Residuos de bombillas”; incluir una referencia del tipo de tecnología, la cantidad de unidades por caja y el peso.
3. Si no cuenta con el empaque original debe empacarlo en contenedores que reduzcan el riesgo de daño.
4. Dirigirlo a los centros de acopio nacionales para el envío.
De bombillas incandescentes a fluorescentes
Los elementos que más contaminan los suelos por la mala disposición final de los residuos de lámparas fluorescentes son el mercurio, el zinc, el níquel, el cadmio, el plomo y el manganeso.
Es usual encontrar entre los residuos orgánicos partes mezcladas de desechos de lámparas fluorescentes con contenido de mercurio, que por años han sido arrojados en tiraderos al aire libre o en rellenos sanitarios. Esta situación provoca que se liberen sustancias contaminantes en la atmósfera por la volatilización del mercurio, a la vez el ingreso de lixiviados a los depósitos de agua subterránea.
En Bucaramanga, la Secretaría de Ambiente determinó en una verificación del uso de lámparas y bombillas, que en promedio se tienen 8 bombillas como mínimo por hogar, donde se ha pasado de bombillas incandescentes a fluorescentes.
¿A dónde se podrán llevar estos desechos?
En consulta con la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Alcaldía, los desechos de las lámparas y bombillos deberán ser llevados por los usuarios de energía eléctrica a los sitios dispuestos en el primer piso de esta institución en Bucaramanga.
Sin embargo, quienes en el momento tengan en sus casas o empresas estos elementos, deberán reservarlos temporalmente pues próximamente dicho organismo anunciará a partir de qué fecha se empezarán a recibir junto con otros elementos como partes de computadores, recipientes de plaguicidas, insecticidas, llantas y demás residuos de pos-consumo.
El subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible Carlos Vargas, precisó que en asocio con la ANDI se asignó como empresa operadora de la recolección de este tipo de residuos, a la firma Descont con la cual se han realizado una serie de campañas de sensibilización con la comunidad, en torno al tema.
“Solamente este año iniciamos directamente con la Alcaldía. Descont, que maneja residuos peligrosos opera desde el municipio de Chimitá. Lo que hemos encontrado es que la práctica más frecuente en que se falla como usuarios es fracturar las lámparas y bombillos usados. No los podemos enterrar como desechos. De otra parte, los tubos poseen una recubierta que contiene fósforo. Entonces lo conveniente es que se almacenen en los recipientes especiales que se han dispuesto para que no se partan, como son los tubos fluorescentes que quedan verticales y muy seguros.
Disposición de lúminas
1 Una vez se hace la recolección, el protocolo inicia con la anotación del tipo de luminaria.
2 La luminaria se lleva a Descont (empresa que tiene sendas de seguridad para la disposición final).
3 Se desactiva químicamente cada lúmina, con unos filtros especiales.
4 Una vez se garantiza que los gases ya no contaminarán el medio ambiente, los residuos son colocados en las sendas de seguridad.