Consejos de expertos en arquitectura para fluir y ser más creativos
Los seres humanos no estamos aislados del entorno y aunque algunas de nuestras costumbres giren opuestamente al patrón con el que funciona todo lo demás en la naturaleza, es evidente que nos fundimos con ella desde un acto tan innato como respirar. De la misma manera, la forma como nos ubiquemos en el espacio influye considerablemente en nuestro rendimiento y armonía. Un hecho que hace tiempo la comunidad científica respaldó con sus investigaciones.
Según las mismas, es precisamente el cerebro un órgano que se deja influenciar por la orientación y posición en el espacio. Al parecer, este hecho puede incluso hacer cambiar la velocidad y proporción de algunas neuronas del tálamo y el hipocampo o alterar la producción de hormonas asociadas al bienestar y la felicidad.
Por eso no fue sorprendente para otro grupo de investigadores que un porcentaje importante de las familias que vivían en edificios ubicados hacia el este gozaran de mayor salud y prosperidad que quienes estaban orientados al sur. Mucho menos si se cuentan los años de tradición de disciplinas como la arquitectura védica, la cual trata -desde hace siete mil años- este y otros temas.
El síndrome del edificio enfermo
“Los vedas son el conocimiento más antiguo. Los primeros vestigios humanos de los que podemos hablar están ubicados entre India y Pakistán, en un lugar llamado Mehgarth -descubierto hace seis años-, que está planificado claramente de acuerdo con los principios de la arquitectura védica, nos cuenta Javier Ortiz, un importante arquitecto peruano, especialista en la disciplina.
Dentro de la cosmogonía védica –continúa- todo se basa en hacerle bien al individuo, mantener su conexión con el cosmos, y en general, entenderlo como algo que no está aislado. Y desde niveles como el urbanismo y la organización de los espacios lo ayuda para que fluya en armonía con el cosmos”.
Precisamente, las investigaciones que citábamos encontraron un lugar gracias a ciertos exabruptos que parecen originarse en nuestros hábitos y espacios. Javier nos cuenta que a principios de siglo se descubrió un padecimiento muy diciente conocido como “el síndrome del edificio enfermo”. Y al parecer, un 30 a 40 por ciento de la población citadina lo padece sin siquiera saberlo.
“Éste causa ansiedad, enfermedades sicofísicas, disturbios, problemas familiares, alergias, dolores de cabeza y una constante sensación de que uno no está en su lugar. Según las estadísticas, en una ciudad como Bogotá, que ya está cerca de los 10 millones de habitantes, cuatro de ellos padecen el síndrome y no lo saben. Van con los médicos, que nunca saben qué tienen y recetan medicamentos para ello, sin conocer la raíz del problema”, complementa el experto.
El síndrome es producido por diversos factores, desde los materiales de construcción usados en la actualidad hasta el tipo de diseño de los nuevos condominios. De hecho, aunque a muchas personas les parezca increíble, ha podido demostrarse que el nivel de contaminación de nuestros hogares es hasta 20 veces mayor que el de una ciudad, debido precisamente a materiales como las pinturas, los aceleradores para construir y el concreto.
Por eso, una de las recomendaciones que podemos hacerle si está pensando en construir su casa, es que se asesore para excluir materias primas que incluyan tóxicos como el radón. Y si en sus posibilidades no está esa opción, la arquitectura védica tiene varias recomendaciones para usted.
4 propósitos fundamentales
Antes de extenderle las recomendaciones hechas por Javier Ortiz, quien se dedica a impulsar el desarrollo de viviendas basadas en esta disciplina en América Latina, le explicamos los cuatro principios de diseño sobre los que se fundamenta la arquitectura védica:
-Orientarse adecuadamente
Lo vemos en la naturaleza: la energía del sol cuando está naciendo, es revitalizadora. Y un edificio puede ser diseñado pensando en las distintas cualidades que ofrece el recorrido del astro durante el día. Sin embargo, será determinante que esté orientado hacia el este, por ser mayor la energía en el momento del nacimiento, lo cual redunda en beneficios para la salud, vitalidad y la familia.
-Ubicación de los ambientes
Los puntos cardinales contienen diferentes energías que pueden aprovecharse en la distribución adecuada de los espacios dentro de la casa y en ese orden de ideas, optimizar actividades como comer, trabajar y dormir. Según los vedas, cada cosa tiene su ubicación exacta en las estructuras del universo, y eso podemos verlo también en la distribución de los órganos de nuestro cuerpo.
-Proporciones y relaciones apropiadas
Siguiendo el ejemplo de la naturaleza, la arquitectura védica tiene sus propias fórmulas para calcular las proporciones precisas en pro de hallar un equilibrio tanto en las edificaciones como en sus ambientes.
-El centro, lo más importante
Todo en el universo está organizado alrededor de centros y por eso nuestro entendimiento sobre el espacio funciona de la misma manera. Las sociedades antiguas lo sabían y priorizaban la distribución urbanística a partir de las plazas y los lugares de reunión.
Sin embargo, según nos cuenta Javier, desde los años ochenta esta premisa se ha perdido, generando fenómenos interesantes. “Si no entendemos el espacio donde vivimos, la ciudad se convierte en algo muy ajeno, sin pertenencia; puede tener edificios y aceras bonitas, árboles por todas partes… pero no lo percibimos”.
Consejos para vivir en armonía
1. Si es posible vivir en una casa, mucho mejor. En parte porque podemos estar en mayor contacto con el piso; somos seres de tierra, ¡así que lo necesitamos!
2. Si elegimos un apartamento, debemos procurar que no esté construido con placas de concreto armadas, pues estas tienen mallas de metal, completamente nocivas para la circulación de la energía.
3. Como ya lo explicamos, el edificio o la casa debe estar orientada al este. Otra posición favorable es el norte. Nunca hacia el sur, una posición que favorece la falta de energía y creatividad.
4. Una vez dentro del hogar podemos jugar con la energía de los lugares. Por ejemplo, la cocina debería estar ubicada en el sureste, el punto del fuego. Cuando esa energía esta desorganizada produce caos y con ello problemas estomacales, enfermedades circulatorias y accesos de ira. Si por el diseño es imposible, entonces ocupe ese lugar con un laboratorio o un taller, o en todo caso, algo asociado a la transformación.
5. El noreste se relaciona con el elemento agua, y por lo tanto, con la fluidez. Es una buena zona para estar tranquilos, así que podemos tener un espacio para meditar, hacer yoga o tener nuestro altar para conectarnos.
6. El noroeste, por su parte, se rige por el principio del aire, que cambia constantemente. Es un lugar para la creatividad, la cual está basada en un principio de cambio. Así que allí puede ubicar el estudio o la habitación de los más jóvenes de la familia, pues el principio del aire está más avivado en ellos… porque cambian todos los días.
7. La zona del norte es un lugar de riqueza. Entonces está bien que trabajemos y guardemos el dinero allí, será un punto para multiplicarlo.
8. Hacia el suroeste predomina el principio de tierra, de estabilidad y solidez. Es la mejor zona para ubicar la habitación de la pareja.
9. En el centro de la casa predomina el espacio o éter, sin duda alguna el principio más importante porque sin él no existirían los demás. Entonces esta zona siempre debe estar libre para permitir que la energía cósmica se irradie de una manera global a todas las personas de la casa.
10. Ese mismo lugar debe tener una buena ventilación. Es lo más importante, porque si la logramos, tendremos una circulación permanente de energía. Para ello debe haber unas ventanas más altas que otras, así evitamos que el aire caliente ubicado en la parte superior, recircule.
11. Si pensamos en la sala, debemos ubicar los sofás y elementos más pesados en la zona sur o en el oeste (el sur es la zona de la estabilidad). Las áreas norte y oeste deben llevar objetos más livianos, de esta manera nos aseguramos el equilibrio energético. En el punto de fuego (sureste) podríamos tener alguna lámpara o un arreglo de flores rojas. Y en la zona noreste, una pequeña fuente de agua o un lugar para leer.
12. No deberían estar dentro de la casa las plantas lechosas o espinosas, pues no permiten la entrada de energías positivas. Prefiera siempre las flores.
13. Y dejamos la recomendación más importante para el final: ubique las cabeceras de las camas hacia el sol naciente o hacia el sur, nunca hacia el norte, pues se pierde la energía vital.