La reforma tributaria sí afectó el bolsillo de los colombianos
Este año inició con alzas en prácticamente todos los productos y servicios de la canasta familiar colombiana. La reciente reforma tributaria, especialmente el aumento del IVA del 16 % al 19 %, preocupó a muchos sectores y generó expectativas –no tan positivas– de lo que sería la economía en 2017.
Para los analistas económicos, este punto fue el principal indicador de afectación en el crecimiento del país. Efectivamente, el impacto de la reforma se ha hecho sentir, especialmente en los hogares. Según la firma Raddar, los nuevos tributos comenzaron a hacer mella en la economía nacional, y en marzo, los colombianos gastaron 1 % menos que en el mismo mes de 2016.
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Camilo Herrera, presidente de esa firma, asegura que la reforma tributaria frenó el gasto y tuvo un impacto sicológico importante. “La gente creía que todo iba a subir, pero solo hubo un incremento en algunas cosas. Ahora se ve una tendencia ascendente. En junio, el gasto podría volver a un terreno positivo, lo cual empezaría a estabilizar la economía”, asegura.
Guillermo Botero Nieto, presidente de Fenalco, sostiene que el impacto de la reforma está sintiéndose. “La reforma tributaria no solo generó una disminución significativa en las ventas del comercio, sino que el propio Ministerio de Hacienda reconoció que ese incremento de impuestos generó una pérdida irreparable para la economía”, asegura. Según el dirigente gremial, “todo está gravado; los alimentos, especialmente, han sufrido consecuencias”, lo cual ha generado gran preocupación.
La cadena de consumo
Jorge Villamil, economista, magíster en Matemática Aplicada de la Universidad Nacional y miembro de la Fundación de Investigaciones y Estudios en Economía, Cultura, Ecología y Ambiente (Fiecce), considera que las consecuencias ya se han visto, especialmente en el consumo, lo que también afectaría el empleo.
“Con el fin de estimular la producción y mitigar las crisis, la financiación del gasto público debe hacerse a través del crédito y no de los impuestos, que en último término, recaen sobre los salarios, afectan negativamente la demanda y acaban por frenar el crecimiento. Desde mediados de 2014, la caída sostenida del precio del petróleo ha tenido un efecto negativo sobre los ingresos fiscales de Colombia. En 2016, se necesitaban 34 billones de pesos para cubrir los gastos de la Nación. La solución fue imponer más impuestos, sin tener en cuenta las consecuencias de este hecho sobre el ciclo económico y sin pensar en las consecuencias sociales de esta decisión”, asegura.
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Según el experto, la reforma tributaria le apostó a los impuestos indirectos, que afectan principalmente la demanda de los hogares (que ya venía desacelerándose). “Por eso, es de esperar que el aumento tres puntos porcentuales en el IVA afecte gravemente nuestra recuperación”, agrega.
En cuanto al empleo, la propia Junta Directiva del Banco de la República reconoció que la economía se está desacelerando, que el nivel de precios se elevó por del aumento del IVA y que el mercado laboral se está deteriorando: “La tasa de desempleo muestra una tendencia ascendente para el total nacional y las trece áreas (…) se observó una desaceleración importante en el empleo asalariado, el número de no asalariados aumentó frente a enero”.
Tasas
El Banco de la República aceleró los recortes de su tasa de intervención en la reunión del 28 de abril, reduciéndola de 7 % a 6,50 %. Esto, de acuerdo con Corficolombiana, incidido, en parte, por la reforma tributaria.
Según la entidad, los riesgos asociados a un mayor debilitamiento de la actividad económica iban a seguir ganando terreno frente a los asociados a la convergencia de la inflación hacia la meta de 3 %. En particular, se esperaba que los efectos de la reforma sobre el gasto y la confianza de los hogares se sintieran con fuerza en el primer trimestre, ya que el incremento de las tarifas de los impuestos al consumo debía materializarse entre enero y febrero (IVA, impuesto al consumo, nuevo impuesto verde sobre los combustibles e impuestos sobre el consumo de licores, entre otros).
“Los indicadores de relevancia que han generado mayor preocupación tienen que ver precisamente con el consumo de los hogares (la confianza de los consumidores y las ventas minoristas), además de los de producción industrial y del PIB mensual. Lo anterior llevó al equipo técnico de BanRep a reducir su pronóstico de crecimiento del PIB en 2017 de 2 % a 1,8 % y después de tres reducciones de 25 pbs desde diciembre, una nueva de 50 pbs”, explican. Esto significa que la reforma haría que sigan bajando las tasas. “Hay una alta probabilidad de que la senda de recortes de la tasa de intervención continuará en las próximas reuniones”, sostiene la entidad.
Con todo, lo cierto es que los sectores coinciden en que solo hasta junio podría tenerse un panorama más claro y, así, determinar si los hogares y empresarios terminan acomodándose a la nueva situación o si, por el contrario, hay que tomar medidas radicales para que el decrecimiento no se acentúe.
¿Qué ha pasado con la inversión?
Guillermo Botero, presidente de Fenalco.