Construcciones sostenibles, buena inversión
Carlos Vargas es publicista y compró una moderna oficina en el corazón financiero de Bogotá. “Es un edificio nuevo, y me gustó especialmente por el tema que es lo que ahora se conoce como edificación sostenible”, explica.
Y aunque admite que su costo de compra es un poco superior al del mercado tradicional en la zona, está seguro de que, a mediano y largo plazo, termina siendo más económico.
“Comencemos por el tema del ahorro en energía, mantenimiento, refrigeración y calefacción, etc. Estoy seguro de que la ganancia a la larga es mayor que la inversión”, señala.
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Según la constructora Oikos, algunas investigaciones sobre el tema revelan que los proyectos de vivienda ecológica son apenas un 10 por ciento más costosas que las convencionales. Aunque dicho incremento puede ser recuperado en un periodo de siete a diez años, gracias a la reducción de algunos servicios.
De acuerdo con la firma Ismd, este tipo de construcciones consumen 26% menos energía, hasta 50% en agua y disminuyen los costos de mantenimiento en aproximadamente un 13%.
La arquitecta Diana Mora Barreto, de la Universidad Piloto, asegura que, en general los elementos que constituyen la estrategia de una edificación en términos de sostenibilidad ambiental están enmarcados temas como la eficiencia en el diseño y consumo de energía (paneles solares, fachadas inteligentes, ventilación y orientación adecuada), eficiencia en el consumo de agua (captación de aguas lluvias, abastecimiento y tratamiento de aguas, riego y sistemas sanitarios, ahorro en consumos de agua potable).
Así mismo, destaca la arquitecta, calidad espacial interior (materiales en cubierta que controlan la temperatura interna del edificio, sistemas de ventilación mixtos, sensores y medidores que permiten alto altos índices de confort térmico) gestión de residuos (manejo en obra, reciclaje y disposición de desechos, pinturas y adhesivos con bajas emisiones) y menores impactos al contexto (iniciativas de transporte y accesibilidad, desarrollo de espacios públicos).
Efectivamente, para el arquitecto independiente Esteban Rosales, “Si usted quiere comprar un apartamento, edifico o casa en este sistema, colabora con el medio ambiente y los materiales son durables”, asegura Rosales.
Para quien quiere comprar una construcción sostenible, unos datos que sustentan la inversión son, según Ismd.
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1Reducen los costos operativos en un 9%.
2 El valor del edificio se incrementa hasta en un 10%.
3 El retorno de la inversión mejora en un 6,6%.
4 Aumenta la proporción de ocupación en un 3,5%.
5 Aumenta la proporción de rentabilidad en un 3%.
En Bucaramanga
Y aunque en el país la práctica está más desarrollada en ciudades como Bogotá y Medellín, y están fundamentados en certificaciones como la Leed, que garantiza un ahorro en costes de energía, menores emisiones de carbono y ambientes más saludables para los lugares que habitamos, Bucaramanga ha comenzado a dar los primeros pasos.
De acuerdo con Camacol Santander, en la región existen proyectos en los que se está utilizando esta tecnología, lo que pasa es que no se certifican, porque en su mayoría no son en su totalidad sostenibles, solo se incorporan algunas tecnologías como la recuperación de aguas, menor consumo de luz y materiales más amables con el entorno, entre otros. Adicionalmente, la certificación representa altos costos para el constructor y para el comprador, por lo cual no los hace competitivos en el mercado.