Bucaramanga
Evalúan cazar ave invasora que amenaza a pájaros en Santander
El Qüíscalus Lugrubris, conocido comúnmente como ‘Qüíscalo’, es un ave silvestre propia de las llanuras colombianas. Además, algunos textos señalan que este animal también se encuentra en regiones de Venezuela e Islas del Caribe.
Sin embargo, desde hace algunos años, este pájaro llegó al departamento santandereano convirtiéndose en una amenaza para las especies endémicas de la región.
Aunque se desconoce la fecha exacta en la cual migró de su hábitat natural, Gerson Fernando Peña Díaz, biólogo del Área Metropolitana de Bucaramanga, AMB, explicó que, posiblemente, se debe a que traspasó sus barreras geográficas.
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Dichas barreras, que pueden ser montañas, bosques o selvas, según el experto, “son límites que determinan de dónde son cierto tipo de animales. Pero la degradación de los ecosistemas, como por ejemplo la tala de los árboles, hace que estos individuos rompan sus límites y conquisten nuevos nichos”.
Lo anterior, convierte al ‘Qüíscalo’ en un ave invasora que de no controlarse podría afectar significativamente la población de aves endémicas de Santander. Es decir, aves que son propias de la región.
¿Por qué es una amenaza?
Según Gerson Fernando Peña Díaz, aunque el ‘Qüíscalo’ es un ave silvestre, pone en riesgo el crecimiento poblacional de especies como los canarios, azulejos y mirlas cuyos nidos son invadidos por el ‘Qüíscalo’ cuando estos están empollando.
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“Nuestras especies realmente sufren porque el ‘Qüíscalo’ lo que hace al llegar a los nidos, es patear los huevos de las otras aves. Entonces usa ese nido para empollar sus huevos”, indicó el biólogo del AMB.
*Fotografía suministrada por Prensa UIS/ VANGUARDIA LIBERAL
Por su parte, Fernando Rondón, profesor de la Escuela de Biología de la Universidad Industrial de Santander, UIS, agregó que debido a este fenómeno, “el animal incrementa su tamaño poblacional, mientras desplaza o disminuyendo el número de individuos de muchas otras especies de aves que son típicas o que se encuentran específicamente distribuidas en esta zona”.
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¿Cuál es la solución?
El Área Metropolitana de Bucaramanga, ente que funciona como autoridad ambiental, es el encargado de controlar el crecimiento poblacional de esta especie.
Así, la caza control, un mecanismo reglamentado mediante el Decreto 1076 de 2015, conocido como Decreto Único Reglamentario del Sector Ambiente y Desarrollo Sostenible, y que se utiliza para reducir las poblaciones de individuos que causen algún tipo de efecto negativo al ecosistema, parece ser la solución.
Sin embargo, para ejecutar esta actividad es necesario que la entidad cuente con una serie de estudios.
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“Antes de proceder a hacer esta caza control, nosotros debemos evidenciar el comportamiento de este animal, sus hábitos alimenticios y ciclos reproductivos. Por eso, debemos hacer acercamientos por la academia, con los biólogos de la UIS quienes adelantan algunas investigaciones”, explicó Gerson Fernando Peña Díaz.
No obstante, para el docente de la UIS, esta alternativa se debe estudiar cuidadosamente para evitar que dicha caza control afecte otras especies.
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“Para determinar si la caza control es una buena estrategia, hay que tener en cuenta una serie de estudios que incluyan varios aspectos del ave, porque sería, hasta cierto punto, poco responsable generar algún tipo de estrategia para la cacería de este organismo y que en el intento afecten poblaciones de otras especies de aves que no necesariamente son invasoras”, indicó Fernando Rondón.
Datos curiosos del ave
1. El Qüíscalus Lugubris se caracteriza por ser un ave oportunista, que se alimenta de lo que le provee el ecosistema y el hombre.
2. Los machos son totalmente negros, mientras que las hembras se registran en color café.
3. El color de los ojos de ambos es amarillo pálido.
4. Entre los dos se encargan de la alimentación de las crías y su canto no suele ser tan melodioso.
5. Su tamaño oscila entre los 21 y los 28 centímetros.
6. Este animal también es conocido como Chango Llamero, Zanate Carineño o Tordo Llanero.