Bucaramanga
Pérdida corporal: un duelo personal y familiar
La pérdida corporal es, según los expertos, una de las más difíciles de afrontar porque es la misma persona la que debe aprender a vivir con esta nueva condición. Aunque será un momento doloroso, es importante que se apoye en su familia y en la ayuda sicológica.
La pérdida de un ser querido generalmente conlleva a que sus familires y amigos más cercanos entren en un proceso de duelo. Sin embargo, dicho fenómeno no es exclusivo de este tipo de situaciones.
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Pérdidas como las corporales, dadas a raíz de enfermedades o accidentes sufridos, también requieren de un tratamiento especial, en este caso enfocado en la persona afectada directamente. Si bien son situaciones diferentes de afrontar, ambos deben ser tratados por los expertos para evitar el desarrollo de enfermedades mentales.
Si bien los sicólogos aseguran que el duelo es el proceso en el cual una persona se adapta emocionalmente a su entorno después de cualquier tipo de pérdida, la Asociación Mexicana de Educación Continua y a Distancia agrega que “el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano”.
Por ello, cada persona lo asume de manera diferente. Algunos tardan más tiempo que otros, mientras que hay quienes adoptan conductas agresivas o suicidas.
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Aunque los familiares y amigos cercanos también deberán aceptar la pérdida corporal, es importante que comprendan que para la persona directamente afectada será más difícil. Bríndele apoyo, acompañamiento y tenga paciencia.
Una pérdida para afrontar en familia
Antonio* tiene 43 años, toda su vida se desempeñó como pescador y desde hace dos años perdió la vista a causa de un accidente. Un hecho difícil de
afrontar para sus tres hijos y su esposa, no solo desde lo emocional sino también desde lo económico. Él era quien se encargaba, en gran parte, de las
responsabilidades del hogar.
“Nuestras familias han trabajado como pescadores durante toda la vida. Estamos acostumbrados a eso y a los peligros del río. El día del accidente
nos llamó uno de los compañeros que estaba con él y nos dijo que algo había pasado. No creímos que era grave hasta que lo vimos. Su rostro estaba lleno de sangre”, relató su esposa.
Dos astillas de madera se habían incrustado en el rostro del hombre afectando sus ojos. La recuperación fue lenta y difícil de afrontar para toda la familia.
“Al principio él no quería nada, decía que prefería la muerte antes de quedar así. Fue un tiempo muy difícil porque mis hijos empezaron a trabajar para poder sostener el hogar. Él sentía que ya no servía para nada”.
Sin embargo, poco a poco Antonio se adaptó a su nueva condición y aprendió a vivir así. Aunque tuvo que alejarse de las canoas, la atarraya y la pesca, consiguió trabajo en la tienda de un amigo, con lo cual puede ayudar con los gastos de la casa.
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Dos años después de su accidente aprendió a vivir de manera independiente con su nueva condición.
*Nombre modificado
Tareas del duelo
Para el filósofo y escritor William Worden, el duelo es una etapa fundamental en la vida de las personas luego de sufrir alguna pérdida. Aunque reconoce que es un proceso sicológico difícil de afrontar, asegura que es posible de superar teniendo en cuenta estas cuatro tareas que explica en su libro ‘El tratamiento del duelo’, publicado en 2004.
1. Aceptar la realidad: es común que quien ha sufrido la pérdida atraviese por un ciclo de negación, el cual puede variar dependiendo de cada persona. Sin embargo, este fenómeno es consecuencia de una imagen distorsionada que la mente proyecta para evadir el dolor de la situación.
Si bien hace parte del proceso de duelo, no superarlo a tiempo puede generar otras disfunciones sicológicas. Aceptar la pérdida, en este caso corporal, es el primer paso que le permitirá avanzar.
Aunque el proceso se torna más difícil de asimilar para la persona que está viviendo en carne propia la situación, es fundamental que quienes lo rodean también acepten dicha pérdida.
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No hacerlo hará que ese ser querido se sienta rechazado por su círculo social y tarde más tiempo en aceptar su nueva condición. Es recomendable que la persona afectada reciba ayuda sicológica para abandonar dicha imagen distorsionada de la realidad y manejar su depresión a tiempo.
2. Trabajar las emociones tras la pérdida: el dolor, la ira, impotencia, frustración, desesperación y tristeza son las principales reacciones de quienes han sufrido algún tipo de pérdida corporal.
Sin embargo, hay quienes se ‘niegan’ a sentir; es decir, se obligan a sí mismos a bloquear sus emociones ante la situación. Lo cual podría ocasionar problemas sicológicos severos. Si bien la negación se da por una imagen distorsionada de la realidad, el bloqueo de emociones se da como consecuencia de dicha distorsión.
Lo anterior, podría tomarse, según los expertos, como un comportamiento propio de la depresión y el cual podría desdencadenarse en acciones suicidas. Es importante que los seres queridos se muestren atentos a cualquier reacción negativa o agresiva de la persona y que estén dispuestos a acudir al diálogo para solventar la carga emocional.
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3. Adaptarse de nuevo al entorno: vivir con una nueva condición física en los espacios en los que antes podía deselvolverse comúnmente la persona, será uno de los objetivos más difíciles de lograr.
Es probable que tras la pérdida se sienta inútil pero debe mantener la calma. Poco a poco recobrará la luibertad para realizar las actividades por sí mismo, la paciencia es su aliada.
Aunque los especialistas no piden que el paciente suprima todos sus recuerdos, tampoco es sano que se torture con estos hechos. Después de la pérdida sufrida le costará reponerse, y disfrutar de otras actividades para construir nuevos recuerdos, pero no es una tarea imposible.
4. Superar la pérdida: los sicólogos consideran el duelo superado cuando la persona es capaz de recordar el evento sinr eaccionar de manera drástica.
Aunque habrán episodios de tristeza y dolor, es el individuo el que está en la capacidad de controlar sus emociones sin generar ambientes de riesgo para sí mismo.
Superar la pérdida no es sinónimo de olvidar lo ocurrido, sino de continuar la vida con nuevos objetivos y aceptando la nueva condición corporal.