Lo deseable es que todos, durante estas festividades que apenas comienzan, sean responsables de sí mismos, de sus familiares y de todas las personas con las que compartan en sitios públicos, para que en un mes celebremos también haber pasado un diciembre amable, pacífico y seguro.
Gastronomía
¡Alerta en el lavado! Los peligros ocultos en la lechuga y cómo prevenirlos
- Aprenda cómo desinfectar la lechuga y lavarla con vinagre y otros métodos paso a paso, y disfrutá de uno de los alimentos más saludables para nuestra dieta con tranquilidad. Getty Images / VANGUARDIA
La frescura y versatilidad de la lechuga la han convertido en uno de los ingredientes preferidos de muchos hogares. A pesar de su popularidad, la falta de un lavado adecuado puede convertirla en un vehículo de enfermedades.
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El doctor Francisco Herrera, experto en seguridad alimentaria, comenta: “La lechuga, al ser un cultivo de hoja y estar en contacto directo con el suelo, puede albergar desde tierra y polvo hasta bacterias, parásitos y otros patógenos perjudiciales para la salud humana”. Agentes como E. coli, Salmonella y otros microorganismos pueden estar presentes en este vegetal.
Por otro lado, las prácticas agrícolas modernas a menudo implican el uso de pesticidas que, si bien son necesarios para controlar plagas, pueden ser perjudiciales para la salud si se consumen en cantidades significativas. La lechuga, al tener una gran superficie de contacto y hojas que atrapan fácilmente estas sustancias, puede retener residuos químicos si no se lava adecuadamente.

La doctora Lourdes Mendoza, especialista en nutrición, nos brinda algunas recomendaciones esenciales:
Selección: Antes de lavar, asegúrese de elegir lechugas frescas, evitando aquellas con manchas oscuras o moho.
Agua fría: Lave siempre la lechuga bajo un chorro de agua fría, hoja por hoja, para garantizar que se elimine cualquier residuo presente.

Desinfectante natural: Puede sumergir la lechuga durante unos minutos en una solución de agua con un poco de vinagre o bicarbonato de sodio. Luego, enjuague con abundante agua para eliminar cualquier residuo del desinfectante.
Secado: Utilice una centrifugadora de ensaladas o un paño limpio para secar las hojas, esto ayuda a eliminar el exceso de agua y los residuos que puedan quedar.
Almacenamiento: Si no va a consumir la lechuga inmediatamente después de lavarla, guárdela en el refrigerador en un recipiente hermético para mantener su frescura.
La lechuga es una fuente increíble de vitaminas y nutrientes. Con un lavado adecuado, podemos disfrutar de sus beneficios sin poner en riesgo nuestra salud. ¡Buen provecho!
