Publicidad

Mundo
Martes 02 de julio de 2019 - 12:00 PM

Días de furia

La isla, acostumbrada a no tener sobresaltos, afronta un período de tensión, ante el temor de muchos de sus habitantes de perder sus libertades a medida que crece la injerencia china.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Tomada deInternet  / VANGUARDIA
Tomada deInternet / VANGUARDIA

Compartir

Tomada deInternet / VANGUARDIA

Tomada de Internet  / VANGUARDIA
Tomada de Internet / VANGUARDIA

Tomada de Internet / VANGUARDIA

Hong Kong vive días de furia, al calor de reivindicaciones por su autonomía de China y en un contexto de crisis política, la más grave de las últimas décadas en la excolonia británica.

La violenta incursión a la sede del Parlamento hongkonés, entre el lunes y ayer, es el más reciente capítulo del clima de tensión con multitudinarias manifestaciones protagonizadas en la isla en el último mes, cuyo detonante ha sido un proyecto de ley de extradición que permitiría enviar sospechosos a China continental.

Para calmar los ánimos, el gobierno de Carrie Lam decidió suspender sin fecha la polémica ley. Sus detractores afirman que es un golpe a las libertades, y haría que cualquier persona en Hong Kong sea vulnerable a ser retenida y enviada a la frontera por motivos políticos.

Es la crisis más grave en la antigua colonia británica en el último tiempo, si bien la transición fue pacífica y se cumplió con lo acordado, destaca Alexander Emilio Madrigal, politólogo e investigador de la Universidad Nacional de Colombia.

“Hasta hoy vemos esa reacción antichina, esto, en efecto, va más allá del rechazo a la ley de extradición y tiene que ver más con una reivindicación si se quiere nacionalista, de mantener independencia de China”, explica.

Desde su punto de vista, falta ver quiénes están detrás de todo esto, pero dice que lo cierto es que se quiere canalizar el descontento frente al Gobierno de Pekín, bajo la excusa de la ley de extradición para hacer una movilización política o abrir un escenario independentista de China, al que, sin duda, le interesa mantener su control, soberanía y dominio.

Madrigal estima que la preocupación será que esto sirva para que otras regiones autónomas quisieran buscar su independencia, por lo que no descarta que “China seguramente aplicará mano dura, e impediría que cualquier movilización social lleve a un desorden mayor”.

Igualmente advierte que todo lo que está pasando en Hong Kong se da en un contexto internacional actual de confrontación comercial con Estados Unidos y las pretensiones hegemónicas chinas sobre toda la región del Asia.

La coyuntura hongkonesa, en realidad no es fuera de lo ordinario, opina por su parte, David Castrillón, profesor de la Universidad Externado de Colombia.

Es más, recuerda que desde que regresó al dominio de China en 1997, ha tenido “una situación política bastante volátil, y es una zona con una cultura política muy estruendosa”.

Entonces, a su juicio, no es necesariamente una crisis que no se haya visto antes, y de hecho, considera que las fracturas y las divisiones en el pueblo hongkonés son muy similares a la de cualquier democracia occidental, si bien se han tornado violentas.

Para él, es difícil pensar que la actual situación vaya a desembocar en una independencia o la salida de Lam del poder. “Es una situación que llama la atención, pero no se sale de lo que es la cultura política convencional de Hong Kong”, subraya.

También le puede interesar: No hay trato

Un país, dos sistemas

Aunque la chispa que encendió las manifestaciones fue el proyecto de ley de extradición, Castrillón señala que la iniciativa fue vista por una parte del pueblo hong-konés como un cierto tipo de influencia china.

En ese sentido, describe que la gasolina que prendió esa chispa es la pregunta que se hacen los hongkoneses sobre su propia identidad: ¿es Hong Kong simplemente otra cuidad china o es algo aparte?

Y es allí, agrega, donde precisamente surge la implicación del concepto de un país, dos sistemas. En otras palabras, Hong Kong hace parte de China, pero cada uno tiene sus propios sistemas, tanto político como económico, judicial y social, y decide cómo es su manejo.

“ Hong Kong hace parte de China, no cabe duda de ello, pero esto no significa que sea una ciudad más de China, como lo es Shanghai o Beijing”, recalca el analista.

A su modo de ver, el rol de China es “ambiguo”, por la estructura de un país, dos sistemas; porque no puede hacer tanto, “si hay minoría que está tratando de separar a Hong Kong de China, es como si una minoría de San Andrés Islas quisiera separarse de Colombia”.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Ángela Castro Ariza

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad