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Bucaramanga
Miércoles 15 de abril de 2020 - 12:00 PM

Pedalear para sobrevivir en tiempos de COVID-19 en Santander

Conozca la historia de Brayan, un joven que vive en el área metropolitana de Bucaramanga y quien se estrenó como domiciliario en plena pandemia.

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Cabecera, en Bucaramanga, es uno de los sectores de la ciudad en donde más suele entregar domicilios este joven trabajador, de 20 años de edad. (Fotos: Marco Valencia / VANGUARDIA)
Cabecera, en Bucaramanga, es uno de los sectores de la ciudad en donde más suele entregar domicilios este joven trabajador, de 20 años de edad. (Fotos: Marco Valencia / VANGUARDIA)

Cabecera, en Bucaramanga, es uno de los sectores de la ciudad en donde más suele entregar domicilios este joven trabajador, de 20 años de edad. (Fotos: Marco Valencia / VANGUARDIA)

Apenas amanece y Brayan se sube a su ‘caballito de acero’ para, a punta de pedal, ganarse la ‘papita’ diaria.

Cuando el reloj marca las 6:00 de la mañana arranca desde Girón rumbo a Cabecera en Bucaramanga. Más de una hora de trayecto para cumplir con su labor de domiciliario en plena pandemia... El deseo de ayudar con el sustento de su casa, le gana al temor que genera esta crisis; pero es que si no trabaja, no come... Así de sencillo.

A sus 20 años, Brayan Steven Pérez Delgado no ha terminado el bachillerato. Antes de la llegada del coronavirus a Colombia se rebuscaba el dinero en un puesto de empanadas. Ahora, en medio de la pandemia, trata de encontrar una fuente de sustento.

Luego de la orden de confinamiento por la emergencia generada por el COVID-19, la dueña del negocio donde trabajaba, cerró. Él se encargaba de atender una vitrina donde vendía empanadas, arepas y otras frituras.

Perdió su empleo informal en el que a diario recibía $25 mil por trabajar 12 horas. De alguna manera tiene que sobrevivir, así que hace una semana optó por hacer domicilios. Infortunadamente no le ha ido bien.

Cada mañana pedalea desde su vivienda ubicada en el barrio Villas de San Juan de Girón hasta el sector de Cabecera en Bucaramanga, con la esperanza de que la aplicación que instaló le asigne domicilios.

A diario realiza entre cinco y siete servicios, la mayoría de trayectos cortos, de pocas cuadras, teniendo en cuenta su tipo de vehículo. Esto le deja ingresos de unos 120 mil pesos semanales. “Ahorita estoy empezando, espero que a medida que coja experiencia, me pueda ganar más de 200 mil pesos a la semana”.

Lo que más transporta, desde hace cerca de una semana que se estrenó en el oficio de los domicilios, es comida y mercado.

El joven es un apoyo para su familia conformada por su mamá, el marido de ella, su hermana y una sobrina. Sin embargo, la hermana y la mamá en este momento no están laborando, por lo que la responsabilidad recae en los hombros de los hombres de la casa.

En el domicilio encontró por ahora la forma de hallar un sustento, teniendo en cuenta que no han recibido ninguna ayuda del gobierno. “Revisamos si alguno figuraba en la página de Ingreso Solidario, pero ninguno de nosotros resultó beneficiario”.

Brayan sueña con algún día validar el bachillerato, le gustaría adelantar estudios relacionados con el área de sistemas. “Soy bueno para la tecnología y me gustaría hacer una carrera”.

Mientras tanto seguirá sacándole provecho a la bicicleta, al morral que carga por las calles solitarias de la ciudad, portando los respectivos guantes y tapabocas y a esas piernas que le dan la fuerza para sobrevivir.

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Publicado por Redacción Vanguardia.com

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