Aunque cada día las mujeres se han ganado su espacio laboral, la brecha sigue siendo bastante amplia y son pocas las que llegan a altos cargos.
De acuerdo con un estudio del Centro de Estudios en Gobierno Corporativo, CEGC, del Cesa, la participación de las mujeres en las juntas directivas es de solo el 17%. Si bien el porcentaje se ha incrementado en los últimos 10 años, dicho crecimiento no ha sido representativo para llegar a un equilibrio en la representación de ambos géneros.
“Lo que muestra el estudio cuando revisamos el mínimo necesario para que se gestione y seamos efectivos en los temas de productividad, reputación corporativas y crecimiento en el negocio, es que se requiere un mínimo del 30% que pasa de subir el número de uno a dos miembros de juntas”, advierte Mónica Contreras, presidenta de la Transportadora de Gas Internacional y miembro de Club 30.
Así mismo, afirma que la situación en América Latina no es tan diferente, ya que la participación es tan solo del 18% y si a este porcentaje se le quita algún miembro de familia sería solo del 8%.
“La mayoría de compañías no cuentan con una política de equidad de género en relación con participación de mujeres en posiciones de liderazgo”, dice el estudio de Cesa.
Según el informe, si juntas superan este umbral de participación, constituyen un entorno positivo para la innovación.
Los impactos
Algunos de los impactos que ha tenido la mayor participación de la mujer en las juntas por medio de altos cargos es que son más independientes de la influencia de los gerentes que los hombres y son menos propensas al fraude empresarial, son mejores supervisoras y tienen un mejor comportamiento ético.
De igual manera, las empresas que tienen más mujeres en sus juntas directivas tienden a ser socialmente más responsables con sus grupos de interés y están en mejores condiciones para proveer bienes de consumo en los mercados que están dominados por mujeres.
“Mujeres hay, pero tenemos que ser conscientes que durante muchos años se han tenido paradigmas donde no se concedidas a mujeres en ciertos roles, en carreras que son consideran sólo para hombres. Se debe trabajar para que ellas puedan soñar y acceder a esas funciones y desde el punto de vista profesional se abran espacios”, aseveró Contreras.
Al mismo tiempo, considera que sí existe confianza, simplemente el contar con participación femenina en las juntas directivas no era un tema que inquietaba.
El Club del 30% es una iniciativa que arrancó en Colombia desde hace 18 meses. Su objetivo principal es lograr una representatividad importante de mujeres en las juntas directivas del país.
