¿Recuerda todas esas frases clichés sobre el tiempo? ¿Que jamás regresa, que es lo más valioso que puede dar a los demás, que es el mejor regalo?
Pues bien, es verdad.
En esta época agitada con tantos pendientes en la agenda, el tiempo y la atención se han convertido en dos recursos valiosos que nos se no pueden comprar: no importa cuánto lo intentemos: no podemos regresar en el tiempo para dar la atención que queremos a nuestros hijos, para dar a las gracias a los buenos padres o para decir a nuestra pareja -aunque las cosas hayan sido difíciles- lo mucho que nos hizo felices en determinado momento de nuestra vida.
No hay espacio paralelo en el que podamos retornar a estar con nuestros hijos cuando están pequeños y verlos descubrir inocentemente el mundo. Y mucho más: no hay manera en la que podamos darles un objeto que reemplace una conversación con ellos.
Y si hoy le parece que para sus hijos son más importantes los objetos que su atención, entonces es momento de que se mire en el espejo y piense cómo ha estado manejando su educación.
Nada podrá devolverle esos instantes en los cuales cruzó con ellos, con sus padres y con sus amigos una sonrisa.
Es el hoy y la atención que da a este momento el único recuerdo que atesorará en su corazón.
Ningún otro objeto permanecerá con usted para siempre.
Cinco razones por las cuales el tiempo
es el mejor regalo para sus hijos
El coach Fernando Meneses sabe por qué el tiempo es el mejor regalo para sus hijos: durante un buen tiempo estuvo trabajando mucho, tanto, que sus hijos pasaban incluso sus cumpleaños sin él.
Precisamente durante un mes de diciembre, Meneses tuvo un momento de descanso y tuvo que quedarse solos con sus niños porque su esposa estaba tomando una asignación especial en una prestigiosa universidad de España: “descubrí que no sabía muchas cosas de ellos, que había perdido grandes momentos para verlos convertirse en lo que eran entonces y me lo había perdido”.
Es por eso que el coach es el más capacitado para darle cinco razones por las cuales el tiempo, más que juguetes o ropa, son los mejores regalos para sus hijos:
1 El tiempo no es un recurso renovable: No hay tarjeta de crédito para el tiempo, una vez que se ha ido, nunca volverá. No puede ser almacenado, guardado para más tarde o estirado. El tiempo, como dice el viejo proverbio, “no espera a nadie”.
2 El tiempo avanza más rápido con la edad (¡en serio!): Créalo, las matemáticas lo prueban. Cuando un niño tiene dos años, un año es el 50% de su vida. Para cuando tienen 10 años, un año es solo el 10%. El tiempo parece acelerarse, de seguro lo ha notado. Esa es una razón por la que “el tiempo ahora” es más que “el tiempo después”. Nuestros hijos necesitan nuestro interés ahora, no hay un más tarde. Nos necesitarán la próxima semana y el próximo año también, pero hoy es siempre, matemática y emocionalmente, la mejor opción.
3 El tiempo es el gran ecualizador económico: Bill Gates puede valer varios miles de millones de dólares. Pero una hora es de 60 minutos tanto para él como para usted, independientemente del dinero que tenga. No importa qué recursos están a su disposición, cuando se trata del tiempo, una hora tiene los mismos minutos para ambos. Y a los niños no les importa lo que tenga en su cuenta de ahorros. Una hora con papá y mamá no tiene precio, punto.
4 El tiempo es la mejor y más estable inversión: Conozco a un padre que solía trabajar más de 14 horas al día para pagar a sus hijos una matrícula en una prestigiosa universidad capitalina. Pero sus hijos no terminaron la secundaria. Conozco otro caso en el que un hombre invirtió en bienes raíces, pero las propiedades perdieron el 60% de su valor en Miami y no se recuperó de este incidente. Conozco un tercer caso de un hombre que apostó 10 millones de pesos en un juego de póquer aquí en Bucaramanga y perdió. El tiempo invertido en sus hijos, sin embargo, ofrece un rendimiento predecible y consistente. Sin arrepentimientos, nunca. Además, dar amor lo hará sentirse bien consigo mismo ahora y más adelante. Algo que ninguna inversión de negocios le puede garantizar.
5 El tiempo dice la verdad sobre nuestras prioridades: El tiempo dice la verdad sobre lo que valoramos. Los niños son profundamente perspicaces cuando se trata de entender qué es lo que realmente nos importa como padres. Si no les damos tiempo a nuestros hijos, es muy claro para ellos que no son una prioridad para nosotros.
Cómo hacer felices a los niños en Navidad sin darles regalos materiales
Al llegar la Navidad, algunos padres de familia sienten que sus hijos no valoran los obsequios que les regalan. Sin lugar a dudas, darles a los pequeños todo lo que piden y sobrecargarlos de premios materiales, tiene consecuencias negativas en el desarrollo emocional, según comenta Víctor Alberto Gómez Cusnir, especialista en educación y rector del colegio Gimnasio Moderno.
Es normal que los padres quieran brindarles lo mejor a sus hijos, ya que dentro de su naturaleza está el protegerlos y hacerlos felices; y es por esta razón, que muchos caen en el error de sobrecargarlos con regalos y juguetes. Según el experto, cuando los niños reciben tantos obsequios, se puede llegar a caer en el denominado: “Síndrome del niño hiperregalado” y las fiestas de fin de año suelen ser el pretexto para esto.
Los padres deben conocer y transmitir el significado real de lo que es un regalo.
“Un regalo es brindar un don con un significado emotivo más no material”, indica el rector; a partir de lo anterior, resulta pertinente identificar otras opciones para que los obsequios que se entregan en Navidad cumplan con un propósito pedagógico.
La escuela juega un rol fundamental en la creación y reforzamiento de las conductas significativas en los niños, es decir, que hagan cosas que construyan, no por seguir las pautas establecidas socialmente, sino con todo un proceso de elaboración interna, que redunde en el crecimiento emocional, en la consideración del otro y en la capacidad para ser conscientes del efecto de sus conductas en los otros. Por eso, brindar obsequios, dar un regalo, se configura más bien en la entrega de dones preciados que puedan construir en los otros las mismas aptitudes de servicio, solidaridad y compromiso.
A la hora de pensar en la temporada de Navidad, lo primero que se debe entender, es el hecho de que recibir muchos estímulos provoca la pérdida de concentración en los niños, la falta de imaginación y el perder poco a poco la ilusión sobre el valor de las cosas. Como consecuencia, se le estaría enseñando a los pequeños a darle solo importancia a lo material, a no esforzarse por obtener lo que desean, a restarle importancia a la generosidad y a la austeridad; y también, a darle pie a las pataletas cuando no tienen en sus manos el capricho que desean.
Dar regalos no tiene nada de malo, el problema surge cuando no se establece un límite en el tipo de regalo en correspondencia con la edad de quien lo recibe. Es importante pensar que aquellos juguetes deben adaptarse al desarrollo mental según el crecimiento y desarrollo de los niños, permitiéndoles evolucionar como personas para incentivar el sentimiento de compartir y valorar.
¿Qué podemos regalarles a nuestros hijos para que lo recuerden toda su vida? El experto ofrece cinco tips:
* Tiempo de calidad en familia: sin duda alguna, los niños recordarán mucho más, las veces en que jugamos con ellos, en que nos disfrazamos e intercambiamos risas. Ellos lo revivirán más que el carrito, el aparato electrónico o la muñeca que estuvo de moda en su infancia.
* Un viaje: Experiencias únicas en las que la familia completa disfruta de unas vacaciones, permitiendo fortalecer sus lazos de amor.
* Un libro: La lectura puede estimular en ellos más de lo que pensamos, la clave no está solo en regalarlo, sino en disfrutar diariamente de un tiempo del día para interactuar e incentivar estos hábitos juntos.
* Regalar experiencias: Aprender canciones, disfrutar de épocas importantes del año, ir al teatro, al cine, al parque, etc. Sin duda, serán las experiencias más emotivas que les podemos regalar.
* Hacer donaciones: En Navidad, podemos enseñarles a nuestros hijos el valor de compartir con los demás; una buena opción puede ser llevar detalles juntos a fundaciones, que los niños donen sus juguetes o hacer voluntariado social que pueda renacer en el corazón de alguien más.