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La violencia estalla en un Beirut indignado
- Manifestantes se enfrentan a la Policía antidisturbios en una protesta en Beirut. La gente se reunió ayer para el llamado “Día del Juicio” para protestar contra los líderes políticos y exigir que los responsables rindan cuentas por la explosión. (Fotos: EFE / VANGUARDIA)
Beirut se convirtió ayer en escenario de violencia con un policía muerto y más de 200 heridos en medio de protestas contra la clase política, tras la tragedia que el pasado martes golpeó al país y que ha generado una crisis de la que, según el primer ministro, Hasan Diab, solo se sale con elecciones anticipadas.
El “Día del Juicio” fue el lema escogido por los manifestantes para llamar a la protesta de ayer. Miles de libaneses, algunos con las escobas y las palas con las que en los últimos días han estado limpiando los escombros tras la explosión que el martes destrozó media Beirut, asistieron para exigir “dimisión” a los dirigentes del país.
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No llevó mucho tiempo para que la protesta se convirtiera en violenta, cuando los manifestantes trataron de entrar en el Parlamento y la Policía respondió llenando las calles de gases lacrimógenos.
Las Fuerzas de Seguridad indicaron en Twitter que “un miembro del Ministerio del Interior murió en el proceso de mantener la seguridad, mientras asistía a retenidos dentro del hotel Le Gray, después de ser atacado por varios alborotadores asesinos, lo que llevó a que cayera y muriera”.
El hotel Le Gray quedó en el medio de las protestas y un grupo de manifestantes prendió fuego a sus puertas, lo que llevó a momentos de angustia en su interior.
Ese fue uno de los puntos de conflicto en una jornada con enfrentamientos en diversas partes del centro de Beirut que, según la Cruz Roja libanesa, llevaron a al menos 63 personas a ser trasladadas a hospitales y a 175 a ser atendidas sobre el terreno por heridas de diversa consideración.
Varias docenas de personas que marchaban por la capital irrumpieron en los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía, Energía y Medio Ambiente.
En la sede de Exteriores, que había resultado dañada por la explosión del martes y solo estaba resguardada por dos miembros de las fuerzas de seguridad, los manifestantes leyeron un manifiesto contra la clase política del país.

Crisis política entre los escombros
La crisis política causada por la tragedia ha llevado a las primeras dimisiones en el Parlamento. Los diputados del partido Kataeb, una pequeña formación con tres escaños, anunciaron su renuncia y su decisión de acompañar las protestas de la población tras la explosión del martes.
El presidente del partido, Sami Gemeyel, dijo que “los representantes de Kataeb decidieron renunciar al Parlamento” y pasar “al frente con todos los libaneses honestos por el bien del Líbano, soberano libre e independiente”.
Las dimisiones se producen mientras sigue la labor de los equipos de rescatistas locales e internacionales en busca de cuerpos entre las ruinas y los alrededores del puerto de Beirut. Las brigadas, algunas con perros y equipos de perforación, rebuscan entre las toneladas de escombros que han quedado tras una explosión y que hoy se podían ver en lo que queda del puerto.
