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Martes 29 de enero de 2019 - 12:00 PM

Venezuela: día a día

Los venezolanos están asistiendo a un nuevo escenario de un país que se debate entre la incertidumbre y la esperanza, con una idea que está empezando a calar hondo: el comienzo del fin del chavismo.

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Tomadas de Internet / VANGUARDIA LIBERAL
Tomadas de Internet / VANGUARDIA LIBERAL

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Para Freddy Pinzón, salir a las calles a manifestarse en contra del gobierno de Nicolás Maduro no es una opción, es una obligación.

Lo ha hecho sin falta en el último año y lo hará hoy al mediodía cuando se convocó a un llamado “paro” nacional. Es el deber de no tener que conformarse, de gritar y enfrentarse a lo establecido para impulsar un cambio, de no renunciar a la voluntad y descargar su frustración, de “drenar” lo que siente, como él lo dice, “de sentirse en cierta manera parte de esto”.

Parte de una oposición revitalizada que se ha alineado con Juan Guaidó, a quien considera su presidente “legítimo” a diferencia de Maduro, a quien le achacan haber llevado al país al borde del colapso.

Aunque el venezolano de a pie tiene distintos puntos de vista sobre política, desde la orilla chavista o la opositora, un elemento común que comparte y sufre, unos más que otros, es la situación económica que están viviendo y que se hace “inaguantable”.

Para este dueño de un taller de mecánica en Valencia, capital del estado de Carabobo, “se puede vivir, pero hay que bajar las expectativas tanto a nivel laboral como personal”.

Toca enfrentar la realidad, vivir con una descontrolada inflación, un éxodo migratorio sin freno, servicios públicos colapsados, con regatear en redes sociales por medicamentos o pagar a los ‘bachaqueros’ (intermediarios) un kilo de azúcar o de arroz mientras los “bolívares soberanos” se van devaluando día tras día.

En este momento, según él, la gente quiere ver resultados rápidos, está presa de la ansiedad por ver que Maduro caiga cuanto antes, pero asegura que hay que tener calma y ver la trascendencia de los hechos, porque nunca antes Venezuela ha estado tan cerca de cambiar su futuro.

Con total optimismo se atreve a decir que es cuestión de tiempo para que Maduro salga del poder, “su turno terminó el 10 de enero, y él está ahí, usurpando un puesto”. Solo está atrincherado con la cúpula militar, remarca.

“Yo no le veo salvación, a nivel económico no tiene plata para seguir la ‘robolución’, todo el mundo robando; ahora Estados Unidos lo está apretando con sanciones y congelándole los activos, y a nivel diplomático no tiene nada, lo ven como un dictador, siempre ha sido un chiste de presidente”, se lamenta Pinzón.

“Luz de esperanza”

Jannine Polanco, quien es docente de un colegio público de Caracas, reconoce que “el hambre del pueblo es fuerte”, y los precios de los alimentos están por las nubes y solo se gana para medio sobrevivir.

Por esta razón, su esposo tuvo que emigrar hace año y medio a Colombia para ayudar con los gastos familiares lejos del hogar.

“Así que no podemos dejar que se enfríen las cosas porque si lo hacemos, todo va a quedar igual, o hasta peor”, comenta.

Sentencia que Maduro tendrá que renunciar, más temprano que tarde, y no le da más de tres meses para que esto ocurra porque están recibiendo apoyo de afuera, de los demás países.

Jannine además ve a Juan Guaidó como una “luz de esperanza” en medio de tanta oscuridad.

Con un marcado tono de optimismo esta madre de dos hijos y próxima a pensionarse, considera que el país por fin va por el camino correcto.

José Luis Eugenio comparte la misma opinión como opositor al Gobierno venezolano: “A Guaidó lo vemos aquí como la persona que pudo renovar la esperanza que ya habíamos perdido, es como la persona que nos enseñó que sí se puede salir de esta pesadilla”.

Este corredor de seguros residente en San Antonio de los Altos, en la periferia de Caracas, comenta que el presidente de la Asamblea Nacional llegó en el momento preciso cuando confluyeron muchos eventos, “que han derivado en esta gran oportunidad que estamos para, al fin, salir del chavismo”.

A su juicio, lo que les ha tocado vivir no es nada fácil, sobrepasa al país mismo y la noción de ciudadanía. “Las personas que son asalariados no se cómo hacen, el sueldo mínimo representa un cartón de huevos (30) y medio kilo de carne”, explica Eugenio.

La “revolución” sigue

Por otro lado, Susana Martínez, chavista por convicción y ‘restiada’ (incondicional) por el ‘Comandante’ Hugo Chávez, atribuye todos los problemas que actualmente están pasando en Venezuela al “imperio que no quiere que surja la revolución”.

Para esta profesora jubilada, cuya devoción es tal que incluso tiene una veladora a la imagen del ya fallecido Chávez en su casa de Caracas, los chavistas van a defender la “revolución a costa de la vida”, y denuncia que lo que realmente quieren es disfrazar un golpe de Estado en el país.

Martínez, quien incluso dejó de hablarle a una de sus hijas durante tres años por no ser afin al chavismo, dice que el oficialismo solo ha procurado apoyar a los más pobres, con subsidios y ayudas a través del carné de la patria.

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Publicado por Ángela Castro Ariza

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