Son muchos más los aspectos ampliamente favorables que se desprenden de esta nueva realidad económica que en el último año han forjado básicamente nuestros empresarios, a quienes hay que felicitar sin egoísmos y animar sin temores, para que continúen por este camino.
Negocios
Propiedad fraccionada: una inversión inmobiliaria con grandes beneficios
El ‘fractional ownership’ o propiedad fraccionada es un modelo de negocio que existe hace varias décadas. No obstante, en el país ha sido ejecutado de manera informal por muchos años y se ha hecho más fácil de implementar mediante el uso de esquemas fiduciarios que facilitan la adquisición, operación y mantenimiento de las propiedades.
En principio, este negocio se desarrollaba exclusivamente en grupos cercanos de personas (familias, amigos, socios), ya que requería un alto grado de confianza entre las partes, explica Hernán Clavijo, gerente de Camacol Santander.
De este modo, un grupo de hermanos podía adquirir vivienda de recreo y compartirla repartiendo las semanas de uso y, por supuesto, los gastos. Pero, esta ecuación contaba con algunas falencias como los pagos de mantenimiento, escritura, imprevistos, entre otros.
Así, la propiedad fraccionada evolucionó y su aplicación se ha extendido a proyectos para una segunda vivienda o residencia de vacaciones, siendo esta última una de las inversiones más atractivas y que ha tomado vuelo en el mundo de los negocios inmobiliarios.
Pero ¿cuál es el valor añadido de destinar su dinero a este tipo de proyectos?
Según el Gerente de Camacol, existen varios beneficios “en el caso de las viviendas turísticas (vacacional), el principal atractivo consiste en poder tener el derecho de utilizar una propiedad durante algunas semanas del año sin la necesidad de pagar el 100% del valor de la misma y compartiendo los gastos asociados a la operación y mantenimiento con otras personas que también hagan uso de la propiedad. Es una opción bastante costo-efectiva para las familias que viajan con cierta frecuencia y prefieren tener un espacio privado e independiente (apartamento, casa, finca) y no alojarse en un hotel”.
Un modelo innovador
Y es que según Sergio Arenas, abogado de la firma Arenas Ochoa Abogados y especialista en Derecho Comercial, Urbano y Ordenamiento Territorial, el inversor de este tipo de proyectos tiene derecho a su escritura pública debidamente registrada, “donde figurará como propietario del derecho de dominio del mismo respecto a su fracción adquirida y en el caso de derechos fiduciarios o acciones a la certificación respectiva”.
Además, con respecto al tema de uso y goce resalta que dependiendo de la promesa de valor del proyecto, el inversionista “tiene derecho al uso y goce de determinada unidad inmobiliaria por un tiempo determinado al año, derivada del derecho de propiedad comunitaria dentro del proyecto y reglamentada bajo regímenes o estatutos comunitarios, sociales o fiduciarios, y, adicionalmente, tendría la posibilidad de tener una especie de renta dependiendo, del modelo ofrecido por el promotor del proyecto”.
Es de destacar que no todos los modelos de inversión de este tipo prometen renta, solo disfrute. Por lo que es importante tener en cuenta que el concepto de inversión puede llevar a pensar que hay un retorno o garantía de rentabilidad de la inversión y “en la mayoría de los proyectos de propiedad fraccionada el promotor no garantiza retorno de la inversión, toda vez que la figura no está diseñada para ofrecer utilidades”, puntualiza el abogado.
¿Por qué invertir?
De acuerdo con los expertos, es importante invertir en este tipo de modelo inmobiliario porque está diseñado para entregarle al consumidor o cliente la posibilidad de adquirir la propiedad vivienda o espacios recreativos a precios asequibles y sostenibles.
“Es un modelo de inversión totalmente seguro. Es exactamente lo mismo que comprar un bien inmueble, solo que las reglas de uso dependen de los reglamentos diseñados por los promotores del proyecto”, manifiesta Sergio Arenas.
Estas propiedades fraccionadas de uso vacacional cuentan con características como amoblamiento completo, personal de servicios generales y mantenimiento para garantizar que el inmueble esté en óptimas condiciones. Tienen un reglamento claro de uso y de resolución de conflictos desde el primer día. Cuentan con administrador independiente, que se encarga de gestionar todo lo relacionado con impuestos, gastos y servicios.
“No se trata de un tiempo compartido. La diferencia es que la propiedad fraccionada transfiere propiedad. Los tiempos compartidos comercializan derecho de uso temporal”, puntualiza.
Etiquetas

Comunicadora social egresada de la Universidad Santo Tomás. Miembro de Vanguardia desde el 2016, redactora de contenidos especiales para revistas, marketing y temas empresariales.
Preyes@vanguardia.com