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Miércoles 26 de abril de 2017 - 12:00 PM

Se cree lo máximo

Se llaman presumidos: personas que se creen mejor que otros y, lo peor del caso, con autoridad para opinar y criticar de manera destructiva sobre cualquier tema o persona. Con frecuencia, su única recompensa es el ridículo. No llegue a esos extremos.

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Hay un dicho que dice que si no tiene nada bueno qué decir en una situación importante entonces mejor calle: si está acostumbrado a despreciar con sus palabras y gestos a todo y todos a su alrededor, entonces es momento de que deje de indignarse si le sucede lo mismo: recibimos lo que sembramos y, además, debe saber que sus excesivas críticas tienen una razón que lo dejará “mal parado”: (Foto: Banco de Imagenes )
Hay un dicho que dice que si no tiene nada bueno qué decir en una situación importante entonces mejor calle: si está acostumbrado a despreciar con sus palabras y gestos a todo y todos a su alrededor, entonces es momento de que deje de indignarse si le sucede lo mismo: recibimos lo que sembramos y, además, debe saber que sus excesivas críticas tienen una razón que lo dejará “mal parado”: (Foto: Banco de Imagenes )

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Hay un dicho que dice que si no tiene nada bueno qué decir en una situación importante entonces mejor calle: si está acostumbrado a despreciar con sus palabras y gestos a todo y todos a su alrededor, entonces es momento de que deje de indignarse si le sucede lo mismo: recibimos lo que sembramos y, además, debe saber que sus excesivas críticas tienen una razón que lo dejará “mal parado”: (Foto: Banco de Imagenes )

Si usted es un crítico que realmente ha estudiado sobre la materia y su profesión es hacer un análisis a conciencia del cine, de la moda, de la literatura, de las artes plásticas o cualquier otra profesión, entonces este artículo no es para usted.

Pero si su pasatiempo favorito consiste en criticar sin oficio ni beneficio a las personas que están a su alrededor, a las propuestas culturales que tienen las mejores intenciones y a la personalidad de gente que incluso no conoce, entonces es momento de que alguien “le cante la tabla”.

Hay un dicho que dice que si no tiene nada bueno qué decir en una situación importante entonces mejor calle: si está acostumbrado a despreciar con sus palabras y gestos a todo y todos a su alrededor, entonces es momento de que deje de indignarse si le sucede lo mismo: recibimos lo que sembramos y, además, debe saber que sus excesivas críticas tienen una razón que lo dejará “mal parado”:

“Las personas excesivamente críticas están reflejando una insatisfacción más consigo mismas y con su vida que con las personas a quienes critican”, explica la psicóloga Carolina Dulcey.

Si en verdad debe dar su opinión sobre algo y esta no es favorable, vale la pena a que aprenda cómo hacerlo.

¿Está siendo presumido y arrogante?

En ocasiones en verdad conocemos sobre un tema y aunque nuestra primera intención no sea ser arrogantes o presumidos, nuestros comportamientos y la forma en la cual enfocamos nuestras palabras están haciéndonos parecer como este tipo de personas. Reconozca cuáles son esas actitudes que lo están mostrando como un presumido. La psicóloga Carolina Dulcey explica cuáles son las características de una persona presumida, que sin llegar a ser narcisista, puede llegar a una patología si no se detiene:

1 Habla siempre de sí mismo: y no se trata de que esté hablando de cualquier anécdota o episodio de su vida. Se trata de que no puede abordar una conversación sin volver el foco hacia usted mismo y sus deseos.

2 Interrumpe: una característica de las personas presumidas es que no permiten que los demás terminen sus frases y siente que lo que está a punto de decir es más importante que lo que otras personas están diciendo.

3No presta atención: puede que no interrumpa, pero una persona presumida suele quedarse con lo que le conviene y cree que puede manejar de una mejor manera y no con lo que realmente le puedan estar diciendo.

4 No soporta críticas sobre su comportamiento: incluso si la crítica viene de alguien cercano, un jefe o si se la ofrecen de forma correcta y tranquila, estas personas no aceptarán jamás que están cometiendo un error o que pudieron hacer sentir mal a alguien, por el contrario, encontrarán una razón o excusa para sus actos.

5Cree que tiene toda la experiencia del mundo: las personas presumidas posan siempre de intelectuales conocedores de absolutamente todos los temas sobre los cuales puedan hablar y cuando su opinión no es bienvenida terminan por criticar al resto del mundo. Suelen quedar en ridículo con frecuencia.

6 Considera que su opinión sobre cualquier tema es importante: no sólo creen que saben sobre cualquier tema, también están seguros de que su opinión es de alguna manera relevante para los demás o dentro del contexto, incluso si ésta no les ha sido pedida.

7 No acepta que está siendo presumido cuando se lo dicen: con frecuencia el carácter de estas personas es una fachada para una inseguridad muy marcada ya sea por su edad, su falta de logros personales o su carencia de afecto y es por esto que realizan críticas destructivas sobre una situación o una persona.

¿Cómo hacer una crítica constructiva?

El coach Fernando García explica cuáles son las mejores maneras de hacer una crítica sin posar como presumido y aportando algo que permita mejorar la situación, la relación con otra persona o de ésta con su entorno:

*No hable en general sobre la persona como si se tratara de una acusación: “es que tú eres...”, prefiera hablar sobre los comportamientos de la otra persona: “es que tus comportamientos demuestran...”.

*Evite los “nunca” y los “siempre”: es verdad que existen personas que repiten sus errores una y otra vez, pero usted no es juez universal para saber si esta afirmación aplica para ese caso o cuántas veces se ha equivocado esa persona. No use estas palabras y prefiera hablar de momentos específicos.

*Comente cómo le afecta lo que la otra persona está haciendo “Lo que estás haciendo me hace sentir incómodo”. Cuando mostramos qué nos hace sentir logramos una empatía con el otro ser humano.

*Trate de ponerse en el lugar del otro: “entiendo que es posible que estés pasando por un momento difícil...”. Cuando nos ponemos en el lugar de la otra persona podemos abrir un puente de diálogo sin ser soberbios.

*No evadir la responsabilidad: en algunas ocasiones es posible que con nuestras acciones hayamos sembrado los comportamientos que estamos viviendo y es por esto que vale la pena ser capaz de asumir dónde puede estar el punto de quiebre en la relación con la otra persona o con la situación.

*Aporte soluciones: “¿qué podríamos hacer para que la situación mejore” u ofrezca otros puntos de vista sobre la misma circunstancia.

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Publicado por REDACCIÓN GALERÍA

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