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Jueves 24 de noviembre de 2022 - 12:00 PM

Esas pequeñas cosas que son violencia contra la mujer

Los expertos las llaman microviolencias y son todos aquellos comentarios, actitudes y acciones que parecen no ser tan grandes como la agresión física y los malos tratos, pero que sí significan una discriminación hacia la mujer y, sin duda, afectan su desarrollo personal y su bienestar.

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Foto tomada de Internet/VANGUARDIA
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“Mujer tenía que ser para manejar así”, “¿será que usted sí sabe hacer esto, es que las mujeres como que no son muy buenas en este aspecto”, “las mujeres en puestos de liderazgo como que no, son muy emocionales”: estas y algunas otras frases, que están fuera el ámbito privado y que parecen dichas de manera prejuiciosa sí, pero inofensiva, en realidad no lo son tanto.

Sin que nos demos cuenta, existen formas de violencia que no parecen ser “tan grandes”, pero que a la larga representan una forma de discriminación a lo que significa ser mujer”.

Ya en el ámbito personal, frases como “deberías ser un poco más femenina”, “Ser mamá es lo más lindo de ser mujer”, “se lo buscó por andar vestida así” o “A las mujeres no hay que entenderlas, hay que quererlas”, encierran todo un mundo de prejuicios acerca de lo que significa ser mujer.

Para la psicóloga Beatriz Rescalvo Aracil se trata de una tipo de “violencia invisible”, que “se caracteriza por comportamientos tales como: humillar, despreciar, culpabilizar, ignorar, desvalorizar y chantajear como forma de anular y dominar al otro. Existen formas todavía más sutiles y menos explícitas, pero no por ello menos violentas, como invisibilizar al otro, infantilizarle, ridiculizarle o utilizar la ironía, que no es más que otra forma de agresión disfrazada y camuflada por el humor”.

Y estas cosas que “no se ven” o no parecen “tan graves”, están perpetuándose en las generaciones más jóvenes.

“La violencia de género es como un iceberg. Solo intuimos una pequeña parte, el resto permanece en las profundidades de la invisibilidad, en el silencio cotidiano y el rostro que elige mirar a otro lado. No vemos, por ejemplo, a esa niña de 15 años controlada por su pareja de 16, un adolescente que piensa que tiene pleno derecho a vigilar el móvil de su novia y a decirle con quién debe o no debe habla”, señala la psicóloga Valeria Sabater.

La psicóloga Raquel Aldana afirma que una las “pequeñas” violencias contra la mujer comienza en la infancia, cuando las niñas son relegadas a ciertas profesiones o comportamientos de manera indirecta, a través de lo que se denomina “aislamiento rosa”.

“Que lo que rodee a nuestros niños sea aquello que les ayude a pensar y a tener criterio propio, que promuevan la capacidad de potenciar habilidades y de acercar la tecnología como algo divertido y atrayente”, explica la psicóloga.

Sin embargo, la experta sostiene que no se trata solo de las niñas: a los niños también es importante enseñarles que ser mujer no es algo inferior o negativo.

“Debemos enseñarles que hay una ‘nueva’ forma de ser hombres. Porque mostrarse masculino es ser cariñoso, cuidar a los demás, expresar sus emociones, respetar, luchar por la igualdad de género, evitar los sacrificios y los sufrimientos a los que se somete a la mujer, abandonar la violencia, cuidar del hogar, etc.”, indica Aldana.

La psicóloga Valeria Sabater señala que existen factores que hacen que la violencia contra la mujer continúe y que, a pesar de los esfuerzos de las organizaciones en defensa de los derechos de las mujeres, no se avance mucho.

Estas son las formas en las que se perpetúa la violencia contra la mujer:

1. A nivel económico:

Permitiendo las brechas laborales entre hombres y mujeres, limitando en muchos países el acceso a la educación de las niñas.

2. A nivel cultural:

Definiendo los roles sexuales de cada género, y explicitando qué es y qué no es adecuado para cada uno.

3. De forma legal:

Hoy en día siguen existiendo leyes que supeditan a las mujeres y las niñas a los hombres, permitiendo abusos, violaciones, discriminaciones.

4. A nivel político:

Infrarrepresentación de la figura de la mujer en el campo de la ciencia, la medicina, la jurisprudencia. En muchos países sigue existiendo la supeditación de la mujer a la ley de la familia, y no a un corpus legal que defienda sus derechos.

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Publicado por Redacción Vanguardia

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