No podemos confiarnos y olvidar que el descuido de nuestras obras de infraestructura, en cualquier momento pueden desencadenar consecuencias catastróficas, pues son elementos fundamentales de la vida urbana que pueden o no estar en riesgo.
Acabo de llegar de un viaje a Malasia donde tuve la oportunidad de reunirme con entidades gubernamentales, gremios y empresarios malasios e indonesios. Es realmente impresionante lo que esos países han logrado en relativamente pocas décadas.
No pude dejar de recordar en ese viaje a Gustavo Bolívar, cuando el pasado abril visitó varias de esas naciones y trinó extensamente sobre la maravilla de modelo y sobre cómo el Pacto Histórico trabajaría para que Colombia se pareciera a ellas. Algo similar hizo Petro, recién comenzó su gobierno, al poner como ejemplo a Corea del Sur.
Sin embargo, le tengo malas noticias a Bolívar, pues lo que el Pacto Histórico está haciendo va en sentido totalmente opuesto a lo que hicieron esos países. Miremos tan solo algunos elementos:
Malasia, Indonesia, Tailandia y Singapur, al igual que Colombia, tuvieron una fuerte presencia de guerrillas comunistas. Pero, a diferencia nuestra, allí esas guerrillas terroristas-comunistas fueron aplastadas y derrotadas militarmente, probando que es un mito el cuento de que la insurgencia no se pueden vencer de esa forma y que hay que negociar, cediendo en todo, para alcanzar la “paz”.
Seguidamente, fue prohibido el comunismo e incluso el uso de cualquier símbolo alusivo al mismo.
La mano dura de la justicia fue otro común denominador. Se instauró la pena de muerte para delitos como el asesinato, el narcotráfico, el terrorismo, el secuestro y la posesión de armas. Es decir, las mismas actividades predilectas de nuestras guerrillas terroristas son castigadas allá con la pena capital.
Ojo: no estoy defendiendo su modelo. Estoy sencillamente consignando hechos de lo ocurrido en esa parte del mundo.
Y complementando todo esto, esos países apostaron por políticas industriales claras, donde priorizaron sectores económicos que sabían podían tener potencial, entendieron el valor de la Empresa para la sociedad y la economía, incentivaron a los inversionistas y garantizaron reglas de juego estables a muy largo plazo.
Sencillamente son amigables con el sector privado, lo acogen, lo respetan y lo cuidan.
En resumen, han hecho todo lo contrario al actuar del Pacto Histórico al ser condescendientes y complacientes con los terroristas y delincuentes, al declarar como enemigo del pueblo a los empresarios y al intentar implementar teorías socialistas trasnochadas que han fracasado en todo el planeta.
Me parece fabuloso que los “Gustavos” quieran parecerse a los Tigres Asiáticos. Pero si ese es el propósito, me temo que van en contravía.
Por: Carlos de Hart.
Empresario - Ex viceministro de Desarrollo Empresarial.
En X: @CarlosdeHart