La segunda víctima mortal de COVID-19 en Santander fue confirmada este miércoles, cinco días después de que muriera en un parque del Centro de Bucaramanga.
Pasado el mediodía del viernes 17 de abril hubo conmoción en el parque Romero de Bucaramanga, ubicado sobre la calle 45 entre calles 12 y 13. Nadie esperaba que allí muriera un hombre que a diario trabajaba en inmediaciones de los puestos de venta de flores ubicados frente al Cementerio Central. En un principio se creyó que el hombre había sufrido un ataque cardiaco.
El hecho llamó la atención porque el cadáver del hombre de 60 años permaneció en el espacio público durante cinco horas. El médico de su EPS tardó en llegar para certificar su defunción y proceder con el levantamiento.
Al fallecido le tomaron muestras para determinar si había sido contagiado por el coronavirus. Cinco días después, en la mañana de este miércoles, la Gobernación de Santander confirmó que el resultado de la prueba arrojó positivo para COVID-19.
Familiares del hombre que residía en el barrio Alfonso López señalaron que gozaba de buena salud y no estaba recibiendo tratamientos por alguna enfermedad.
No obstante, en el informe entregado por el Instituto Nacional de Salud se señala que sufría enfermedad cardíaca y malnutrición.
Las autoridades aseguran que el hombre no se había acercado recientemente a sus servicios de EPS o a consultas en centros médicos. Debido a su extraña muerte, al cuerpo sin vida se le practicó una muestra para determinar si portaba el coronavirus.
El Secretario de Salud de Santander, Javier Villamizar, señaló que cuando una persona fallece en un espacio público o en su vivienda sin razón aparente se les está tomando pruebas de COVID-19. “Si la familia certifica una muerte natural porque la persona sufría una enfermedad, no sería necesario. Depende de las circunstancias”.
El funcionario explicó que tras identificar al paciente las secretarías de salud locales deben verificar en que EPS se encuentra afiliado el fallecido para que el personal calificado certifique la defunción. “Algunas tienen contratada un red prestadora y otras tienen sus IPS. Envían un médico para que haga el examen físico y seguidamente la funeraria procede a hacer el levantamiento”.
