Publicidad

Colombia
Domingo 31 de julio de 2022 - 12:00 PM

Me quedo con tres pandemias antes que ver todo ese instinto criminal que tenían muchos de bloquear el país: Duque

El gobernante, quien deja el poder el próximo domingo, habló sobre los momentos que marcaron sus cuatro años de mandato. Destacó las enseñanzas que se lleva y confesó errores.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Este 30 de julio, Ivàn Duque hizo la que podría ser su última visita como presidente a Antioquia. En esta imagen se alcanza a percibir cierta nostalgia. | El Colombiano / VANGUARDIA
Este 30 de julio, Ivàn Duque hizo la que podría ser su última visita como presidente a Antioquia. En esta imagen se alcanza a percibir cierta nostalgia. | El Colombiano / VANGUARDIA

Compartir

Este 30 de julio, Ivàn Duque hizo la que podría ser su última visita como presidente a Antioquia. En esta imagen se alcanza a percibir cierta nostalgia. | El Colombiano / VANGUARDIA

El próximo domingo 7 de agosto –a las 3 de la tarde–, Iván Duque entregará el poder en Colombia. Antes de irse, abrió su cajón de momentos épicos para recordar qué fue lo más difícil, en qué se equivocó y contar qué hubo detrás de situaciones que fueron importantes para Colombia y Antioquia.

A una semana de dejar de sostener este gran piano que se llama Colombia, ¿cómo se siente?

“Con una gran sensación de gratitud hacia mi país. Tengo la satisfacción del deber cumplido, de haber entregado mucho de lo que propusimos, más del 90% del plan de gobierno, más del 85% del plan de desarrollo y, sobre todo, de haber podido liderar transformaciones sociales como la matrícula gratis en la educación superior pública, los subsidios de vivienda, la expansión de los jóvenes en acción y la entrega de títulos rurales. Esa agenda de equidad es una gran satisfacción”.

¿Se imaginó alguna vez que la Presidencia iba a ser así de dura?

“Yo, desde edad muy temprana, tuve como propósito de vida ser Presidente de Colombia. En la medida en que los años fueron pasando, lo que era un sueño y un anhelo se fue volviendo una vocación. Y cuando uno ejerce una labor con vocación no puede tener remordimiento ni tristezas, sino que cada adversidad por dura que sea hay que recibirla, como diría el propio Estanislao Zuleta, elogiando la dificultad. Entre más dura la prueba, toca buscar las soluciones más creativas.

Haber tenido que enfrentar la peor crisis en la historia de nuestro país, porque tuvimos una crisis de salud, una crisis económica, una crisis de empleo, pero al mismo tiempo una crisis migratoria, un huracán categoría cinco, y un proceso de paz que estaba frágil y sin mucha asignación presupuestal, y haber podido sacar las cosas adelante, pues a mí me deja una gran satisfacción. Con fe en Dios, con coraje, las enfrentamos. Me satisface ver hoy que no solo el país está vacunado, la economía creciendo, las cifras de empleo mejorando, sino que Colombia está muy bien posicionada en el escenario internacional”.

Cuando en muchos años le pregunten qué fue lo más complicado que le tocó, ¿qué va a decir?

“El momento más desafiante fueron los bloqueos del año pasado. No las protestas, porque cuando son pacíficas uno logra entender que hay alguna expresión que uno requiere escuchar y atender. Pero haber tratado de llevar este país al colapso, haber tratado que hubiera una reacción brutal de la Fuerza Pública, minar la confianza y tratar de destruir la reactivación económica, fue el momento más difícil. Pero lo logramos enfrentar, sin dejarnos llevar a los extremos. Muchos querían que en el país se desatara un baño de sangre y que el presidente actuara por rabietas, por presión o por vanidad. Nada de eso ocurrió y logramos pasar esa crisis tan compleja.

Me quedo con tres pandemias antes que ver todo ese instinto criminal que tenían muchos de bloquear el país y de afectar su institucionalidad. Cuando vemos lo que ha ocurrido en Ecuador, recientemente también en Panamá, que son orquestas, que son partituras que se articulan para tratar de debilitar a los gobiernos, creo que nosotros logramos salir adelante con mucha fe, con mucho coraje, con mucha serenidad y dejando claro la fortaleza institucional de Colombia”.

Habla de una partitura y dice que fue orquestado. ¿Quién estuvo detrás de esos bloqueos que pusieron en jaque a Colombia?

“Eso fue una manguala. Una cosa es la protesta social pacífica, la reclamación de los jóvenes o las reivindicaciones sindicales, y otra cosa cuando se dieron los bloqueos, en los que claramente vimos que había plata de grupos armados ilegales, que había plata y asesoría de Venezuela, y que también tenían asesoría de algunas capacidades de inteligencia de países que tienen intereses en Venezuela. Por eso, buscaron los corredores de abastecimiento, las entradas a las ciudades y las centrales de abasto. Realmente era cosa muy orquestada y muy organizada. Había actores de carácter político en manguala con estos grupos.

El propósito era colapsar el país económicamente, generar una confrontación social y prácticamente poner en cuestionamiento la legitimidad y la capacidad del Gobierno para salir adelante. Pero eso se manejó como si estuviéramos desactivando una bomba, y logramos salir adelante. Lo que quedó claro es que nuestra democracia y nuestras instituciones son muy fuertes”.

Cuando menciona que en los bloqueos hubo asesoría de países que tienen intereses en Venezuela, ¿se refiere a Rusia?

“Por ahí puede ser”.

Y cuando habla de políticos interesados, ¿el hoy presidente electo, Gustavo Petro, estuvo detrás de los bloqueos?

“No voy a ponerme ahora a revivir momentos del pasado y mucho menos en una confrontación con el presidente electo. Yo ya contesté lo que tenía que contestar, y como diría Charles Chaplin, el tiempo siempre encuentra un lugar feliz. Cuando esa historia se decante y podamos expresar muchas de esas cosas, que están documentadas, estaré dispuesto a entrar en mayor profundidad. Por ahora, lo que puedo decir es que muchos intentaron buscar ese colapso; no lo lograron, el país salió adelante y esa es mi satisfacción”.

¿Qué fue lo más satisfactorio? Algo por lo que usted diga que la Presidencia valió la pena...

“Muchas cosas. El haber culminado el Túnel de La Línea, el cruce de la Cordillera Central, las vías de cuarta generación que se han entregado, la matrícula gratis, el que Colombia sea el primer país de América Latina en el índice global de resiliencia frente a la pandemia, la entrega de subsidios de vivienda de interés social, el haber dejado a más de medio millón de personas conectadas por primera vez a la electricidad, el llevar servicio de saneamiento a más de tres millones de colombianos, cada colegio que se entrega.

El pasado fin de semana entregamos un colegio para 2.000 estudiantes en Tolú Viejo, que no tiene nada que envidiarle en infraestructura a ninguno de los más encumbrados colegios del país. Son cosas que a uno le tocan la fibra, ver a los jóvenes con doble titulación, lo que se ha podido hacer con Coseche y Venda a la Fija, donde hay más de 290.000 productores del campo que venden sin intermediarios. La mayor satisfacción es cuando uno ve cumplir una idea, un sueño, una propuesta que uno le hizo al pueblo colombiano”.

¿Y qué error cometió?

“Siempre hay errores. El no haber tenido una conversación más a profundidad con el tema de las objeciones, pudo haber sido un error”.

¿Se arrepiente de las objeciones que le hizo a la JEP?

“Yo creo que se hubiera podido agotar ese diálogo y darnos cuenta de que eran solo seis objeciones de una Ley que tenía más de 250 artículos, y hubiéramos podido buscar un acuerdo sobre una, dos o tres. Creo que en eso fallé. Y seguramente también me equivoqué cuando dije que a Maduro le quedaban los días contados. No me arrepiento de haberlo dicho, porque lo expresé de corazón, pero obviamente uno a veces tiene que, como diría Gilberto Santa Rosa, no dejar que entre más el corazón que la razón. Pero me siento feliz de haber enfrentado con convicción esa dictadura. También nos quedaron haciendo falta reformas. Yo hubiera querido avanzar en el tema pensional, pero la pandemia no nos lo permitió”.

A propósito de Maduro, lo más atrevido que usted hizo en su gobierno fue tal vez montar a Juan Guaidó en Venezuela o ser parte de ese grupo que creó la figura de Juan Guaidó...

“Primero, no lo creo atrevido; y, segundo, ni más faltaba que fuera yo el que puso a Guaidó. El presidente interino de Venezuela fue elegido por una asamblea legítima que se enfrentó a la dictadura. Lo que nosotros hicimos con más de 55 países fue reconocerlo y no reconocer la dictadura ilegitima de Nicolás Maduro. Obramos con muchos países para que se pudiera hacer un cerco diplomático, que desnudó ante el mundo la ignominia de ese régimen, que aceleró la investigación contra Nicolás Maduro por parte de la Corte Penal Internacional.

Gracias a ese cerco diplomático hay hoy, por lo menos, unos diálogos que se adelantarán en México para buscar el restablecimiento de la democracia. Entonces, de eso jamás me arrepentiré y, donde quiera que haya una dictadura en América Latina, estará mi voz para condenarla, y también para combatirla”.

Alguna vez en estos cuatro años se ha preguntado, ¿de pronto llegué muy joven a la Presidencia?

“Todo lo contrario. Cuando yo veo lo que se ha hecho en estos cuatro años, cuando yo veo que le he dado cuatro vueltas a Colombia, 113 talleres construyendo país, más de 120 consejos de seguridad, más de 280 agendas regionales, cuando hemos tenido jornadas de 3 turnos diarios, prácticamente ha sido así los 4 años, me doy cuenta de que menos mal fui un presidente joven, para tener la energía y la capacidad de innovar. Cuando los presidentes llegan muy viejos, llegan con muchas mañas, y con muchos resabios, sobre todo con poco idealismo. Gobernar requiere idealismo y el idealismo es lo que detona muchas transformaciones. Y si hay algo que valoro, es que a uno en la vida las cosas le llegan en el momento en el que Dios quiere que a uno le lleguen. A mí me llegó a los 42 años”.

Uno de los problemas más graves del país son los cultivos de uso ilícito y, recientemente, salió el dato de 234.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, que es bastante alto. ¿Fracasó en ese rubro?

“Yo no creo. Colombia venía con un crecimiento exponencial desde que se paró la aspersión aérea. Tuvimos que aumentar los grupos manuales de erradicación, logramos contener y reducir, pero aparte de eso logramos las mayores incautaciones de droga que ha registrado Colombia: 170 toneladas el año pasado, una destrucción promedio de 5.000 laboratorios por año y, además, ya no existen ‘Los Pelusos’ ni ‘Los Caparros’ ni ‘Los Puntilleros’ y el ‘Clan del Golfo’ vio debilitada toda su cadena de mando. Fuera de eso, la ‘(Segunda) Narcotalia’ no existe y lo que tenemos es un ELN y grupos pequeños, que quieren seguir en el narcotráfico y que hay que seguir combatiendo. La tasa de homicidios de este cuatrienio es la más baja en 40 años, la tasa de secuestros también es la más baja desde cuando se llevan esos indicadores”.

En el último año han muerto todos los jefes de las Farc que le dieron la espalda al acuerdo de paz, y algunas de sus muertes han sido similares en Venezuela. ¿Por qué a veces da la sensación de que Colombia tuvo algo que ver con eso?

“Los bandidos siempre mueren en su ley, y eso es lo que tienen en común”.

¿Pero Colombia participó de alguna manera? Porque aparentemente fueron unos mercenarios de Estados Unidos, pero la inteligencia de Colombia parecía estar muy informada, ¿tuvo algo que ver?

“Nuestra inteligencia siempre vive muy informada. Hace tres años, en Naciones Unidas, mostré dónde estaban esos bandidos, y mucha gente trató de deslegitimar esa información. Pero, ¿dónde cayeron esos bandidos?, en las mismas ubicaciones que nosotros teníamos. ¿Y cómo ocurren esas muertes?, pues como ocurren las muertes de los bandidos, en su ley”.

Aterrizando en Antioquia, una de las grandes obras que ha entregado son las 4G. En Antioquia, en particular, ha entregado 5 de las 9. ¿Qué tan fácil o qué tan difícil está siendo terminar estas obras?

“No solamente es la mayor entrega de kilómetros de vías 4G que haya hecho gobierno alguno en Antioquia, sino la mayor inversión en vías terciarias, y hemos podido también acompañar un proyecto emblemático, que se conoce como el Metro de la 80, que fue un proyecto que empezamos a trabajar con el alcalde Federico Gutiérrez, quien le puso mucho empeño, fue el líder de ese proceso, y el cual lo hemos continuado con la administración actual. Esperamos ver obras de preinversión en 2023”.

A propósito del Metro de la 80, ¿qué tan cierto es que la firma del cheque de la Nación se dio un poco presionada porque el Alcalde de Medellín lo puso como condición para que EPM asumiera Electricaribe?

“Eso es falso, ahí nada tiene que ver una cosa con la otra”.

Coinciden las fechas: primero se hace el Conpes del Metro y luego EPM acepta asumir su parte de Electricaribe...

“Hay muchas cosas que pueden coincidir, pero la entrada de EPM a la sustitución de Electricaribe era una decisión estratégica para Antioquia. EPM tiene a Hidroituango, que se va a convertir en el proyecto de generación de energía más importante del país y necesita una mayor profundización en el mercado. Eso lo empezamos a conversar con el doctor Jorge Londoño (exgerente de EPM) y con el alcalde Federico Gutiérrez, quienes fueron grandes defensores de la obra de Hidroituango y que entendían el valor estratégico de ese proyecto. La Costa Caribe se va a convertir en uno de los mercados más atractivos para EPM en el corto, mediano y largo plazo. Y eso no tiene nada que ver con el Metro de la 80, que fue un proceso que también empecé con el alcalde Federico Gutiérrez, que es quien más hizo por el Metro las 80. Él era obsesivo con ese tema”.

Ahora que menciona Hidroituango... Le tocó salir a usted a ayudar a que las aseguradoras pagaran para que se pudiera resolver el problema tan grande que se había armado. ¿Ha hablado con el alcalde Daniel Quintero sobre el tema de si es bueno no cambiar esos contratistas?

“El proyecto tuvo su mayor crisis antes de que yo fuera elegido Presidente, y luego, a pesar de que no es un proyecto de la Nación, es un proyecto de la Gobernación de Antioquia con EPM, le dimos todo el respaldo. Yo recuerdo, por ejemplo, los momentos muy difíciles que los manejó el alcalde Federico Gutiérrez con el doctor Jorge Londoño cuando teníamos que culminar el relleno prioritario, que era la del primer gran escollo. Ahí apoyamos y se logró cerrar ese relleno prioritario. Después vino la siguiente prueba que eran los cierres de compuertas para saber cómo estaba la resistencia a la estructura. Hicimos los dos cierres de compuertas y los acompañamos desde la regulación, desde la autoridad ambiental.

Y después vino el tercer escollo, que era ya empezar la recuperación de la obra y volverla a poner a punto de avance, y en eso también trabajamos con el doctor Federico Gutiérrez, trabajamos con la actual administración, y cuando se dio el debate absurdo de si esto era o no un siniestro, cuando era un siniestro, mi sentido práctico de las cosas y mi conocimiento jurídico de situaciones de esa naturaleza me llevaron a llamar a los aseguradores y decirles: ‘Señores, ¡esto es un siniestro!’.

Lo que pasa es que, en ese momento, los aseguradores estaban recibiendo información confusa y contraria, porque estaban tratando de politizar un tema que es una contingencia. Finalmente, logramos también que los seguros cumplieran su papel, se recuperó la obra, se recuperaron los recursos y hoy la obra está ad portas de ser inaugurada. Puede que la inauguren el 8 de agosto, el 9, el 10, no sé cuándo la van a inaugurar, pero esa obra tiene que tener esas dos turbinas funcionando este año para cumplir con los cronogramas.

Creo que ese será un triunfo de la ingeniería colombiana, y una prueba más de resiliencia, que cuando se presentan siniestros y contingencias no tenemos que salir a buscar culpables de cosas que pueden suceder en obras tan complejas, sino tratar de que estos proyectos que le sirven a Colombia, que son fundamentales en la seguridad energética, puedan tener un final feliz”.

Hay dos personajes políticos que, de alguna manera marcaron, su gobierno. Uno es el expresidente Álvaro Uribe, ¿qué tanto incidió en su Gobierno?

“Con él lo que hay es una gran amistad, una gran admiración, un gran respeto por lo que él ha hecho por nuestro país. Tengo una relación personal, que valoro y atesoro mucho”.

Y el segundo personaje es Gustavo Petro, ¿cómo ve al Petro que llega?

“Yo creo que el pasar de la oposición al gobierno siempre es un cambio en el que uno confronta muchas realidades. Cuando se gobierna un país tan complejo como Colombia, se tiene que gobernar para todos, y uno se tiene que quitar ataduras ideológicas, ataduras que pueden ser prejuicios, y uno debe tener un sentido práctico y gerencial para que las cosas funcionen y se ejecuten con velocidad, porque cuatro años es un tiempo muy corto y solamente es posible ejecutar cosas cuando uno tiene absoluta certeza de quién va a ser desde el primer día hasta el último día.

Yo le deseo éxito y le deseo éxito al país, porque si a él no le va bien, no le va bien a Colombia. Será muy importante saber respetar voces patrióticas de oposición, y saber entender cuál es su papel en democracia. En la medida que el gobierno sea para construir y no para ejercer venganzas y persecuciones, pues yo creo que le irá mejor al país”.

Usted decía en la reciente campaña que Colombia se tenía que cuidar de “las tres P”. ¿Todavía tiene miedo de que con la llegada de Gustavo Petro alguna de esas tres P se tome al país?

“Yo nunca me referí a Gustavo Petro con nombre y apellido en la campaña, y sigo pensando que las tres P son una amenaza para la democracia en el mundo entero. De hecho, recomiendo ese libro de Moisés Naím. Vladimir Putin, en Rusia, es un ejemplo de esas Tres p, de polarización, posverdad y populismo. Las tres P están en Nicaragua, en Cuba, en varios regímenes de América Latina, que utilizaron las reelecciones indefinidas para construir la captura de todas las instituciones. Esas tres P son las tres grandes enfermedades que tiene la democracia, y por eso hay que enfrentarlas. El populismo que ofrece pan para hoy y hambre para mañana, la posverdad que quiere manipular a la sociedad, y por supuesto la polarización que lo que busca es dividir y fracturar a las sociedades para que algunos pretendan surgir como el ave fénix”.

¿Ya sabe qué va a hacer el 8 de agosto, presidente?

“Voy a estar felizmente con mis hijos, con María Juliana, con nuestras mascotas, vamos a estar compartiendo en familia, donde nuestra única responsabilidad será estar juntos, consentirnos, disfrutar, reírnos y empezar una nueva vida”.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por El Colombiano

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad