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Empresas del calzado de Santander buscan abrir puertas en Venezuela
- Archivo / VANGUARDIA
22 empresas del calzado santandereano participaron en una rueda de negocios en Caracas para incrementar las ventas en Venezuela y generar confianza entre los comerciantes y consumidores del vecino país.
A finales de octubre se realizó el evento empresarial, convocado por la Asociación de Industriales de Calzado y Similares (Asoinducals), con apoyo de la Gobernación de Santander, la Alcaldía de Bucaramanga, a través del Instituto Municipal de Empleo, y la Cámara de Comercio de Bucaramanga, en una misión exploratoria y de ambiente de relacionamiento.
toneladas de carga han pasado por la frontera colombo-venezolana a un mes de su reapertura.
Wilson Gamboa Meza, presidente de Asoinducals, dijo que antes del 2015 el 30% de la producción de la industria de calzado de Bucaramanga era destinada a Venezuela y para aquella época vendían 15 millones depares de zapato al año, pero hoy no llegan a ni a un 5% de las ventas a los consumidores venezolanos, debido al cierre fronterizo que se mantuvo por varios años.
Los principales estados en los que se vendían los zapatos de producción colombiana eran Caracas, Valencia y Barquisimeto, por ello la meta es volver a entrar en la confiabilidad que se tuvo, en vista que los empresarios colombianos consideran que los compradores venezolanos son muy serios.
“Nosotros sentimos que el producto que nosotros fabricamos es de muy buena calidad y atractivo para los venezolanos”, explicó Gamboa.
Los empresarios también pudieron constatar cómo se encuentra el poder adquisitivo de Venezuela frente a la capacidad de compra que puede llegar a tener el ciudadano común y corriente para la compra de calzado colombiano.
“Esperamos que esto perdure y se vaya incrementando cada día”, comentó el empresario. Al llegar a la capital venezolana, los industriales colombianos se consiguieron un país con un ánimo al 1.000% - refirió Wilson Gamboa - porque los venezolanos creen que las cosas están cambiando y en el futuro de su país.
Además, vieron que en ese territorio nacional son organizados, que cuidan sus ingresos y tratan de invertirlos de la mejor manera, explicó el empresario.
Indicó que la clase media venezolana está muy acorde a los precios de los productos terminados en la cadena de tiendas y almacenes.
En dos meses estiman llevar una segunda rueda de negocios en Caracas o Valencia, pues vislumbran que para diciembre estarían despachando un 8% o 10% de la producción total a los consumidores venezolanos y si las cosas siguen por buen camino, en el 2023 estarían entrando a recuperar el mercado de ese país y los venezolanos podrían volver a calzar el zapato de Bucaramanga, el cual es apreciado por su diseño, precio y confort.