Con más de ocho años de experiencia, Calzado María Félix comercializa sus productos en Bucaramanga y otras ciudades del país, mientras se prepara para lanzar una nueva marca para niñas.
María Félix Escobar Bayona, propietaria de calzado María Félix, se vinculó al gremio del calzado cuando tenía 12 años, más como una necesidad económica para ayudar a sus padres con los gastos de la casa, que como un objetivo de vida.
“Recuerdo que por la edad era muy complicado conseguir empleo, pero un conocido, Omar Guarín, me dio la oportunidad de trabajar como ayudante en su empresa de calzado. Luego de un par de años, fui aprendiendo el arte, me gustó y me convertí en una fabricante de zapatos”, relata María Félix.
Sin embargo, el sector pasaba en aquel entonces por algunas dificultades (como en la actualidad) y tuve que trabajar en otras cosas.
Estudie en el Sena una tecnología en contabilidad la cual me permitió conseguir un nuevo empleo como contadora en una fábrica de zapatos en donde conocí a mi esposo Rolando Díaz.
Luego de algunos años de relación amorosa decidimos casarnos y hablábamos mucho del proyecto de crear nuestra propia empresa, le pusimos nombre, que línea íbamos a fabricar, los materiales, etc.
El primer paso
Con $2 millones que tenía ahorrado decidió montar la empresa: “me alcanzó para comprar el motor de pulir y una máquina de guarnecer. Tuve que solicitar créditos para la materia prima”. Por su parte, Rolando continúo trabajando durante un año más en la otra empresa y luego se retiró para dedicarse al emprendimiento familiar.
Cuando calzado María Félix inició su producción ocupó la cocina de la casa. La línea de moda fue las más exitosa, con el mayor número de ventas en las zapatillas para dama, caracterizadas por el tacón 7 1/2. Actualmente, su portafolio incluye calzado infantil, sandalia para dama y plataformas.
“Yo cortaba, armaba, emplantillaba y contraté a alguien que me ayudará con las costuras y un solador a quien le pagaba por lo que hiciera. Iniciar fue muy difícil. En ocasiones creí que no iba a ser capaz, días que no llegaba trabajo o algunos zapatos me los regresaban o se demoraban en pagarme, en fin… pero Jehová siempre me dio ánimo y las fuerzas para seguir adelante. Con decirle que pagaba nómina con el sueldo de mi esposo”, comenta María.
Factores que afectan
Para la empresaria fabricar zapatos es un arte que requiere de muchas habilidades y destrezas, así como organización y dedicación para sobresalir en el gremio, que es muy competitivo.
Adicional, es importante estar a la vanguardia de los estilos, materiales y colores para que las colecciones (cuatro en el año) cumplan las expectativas del cliente.
“También es importante capacitarse, asesorarse y participar en las diferentes ferias del gremio. Yo inicié participando en la feria Ciudad Bonita, y actualmente como afiliada de Asoinducals (Asociación de industrias del calzado y similares) participo en la feria que se realiza en Cenfer”, cuenta María.
Para la empresaria el gremio atraviesa muchas dificultades debido a decisiones del Gobierno Nacional como la reforma tributaria, el aumento del IVA, entre otras, que han hecho que muchos fabricantes cierren sus empresas y se genere mayor nivel de desempleo.
No obstante, también existen otras internas del gremio que lo están debilitando, como la división entre los fabricantes.
“Hace un par de años la feria oficial del gremio era reconocida como importante y representativa en el país y el exterior, por la calidad e innovación de los productos y materiales, así como por el gran número de expositores. Pero poco a poco esto ha ido cambiando. Actualmente existen seis ferias paralelas en la ciudad, lo que los compradores interpretan como un gremio desunido y eso nos está perjudicando a todos”, asegura.
Añade que uno de los objetivos de las ferias es mostrar sus productos, posicionar la marca, mantener sus contactos y realizar nuevos relaciones comerciales con empresarios nacionales y extranjeros, que representen en el mediano y largo plazo más ventas.
Es clave capacitarse
Para cumplir con las metas propuestas de posicionamiento y crecimiento, es importante estar en permanente capacitación, asegura la empresaria.
“Una vez mi empresa estaba posicionada, decidí terminar mis estudios de bachiller con el apoyo incondicional de un señor amigo Fray Mendoza, uno de los muchos ángeles con los cuales he contado en la vida”, relata.
Con el cartón de bachiller, María quería seguir estudiando pero los recursos económicos no le alcanzaban para una universidad privada, así que decidió aprovechar la oportunidad que ofrece el Gobierno en la Universidad del Pueblo, de la cual se graduó de Auxiliar Contable y sueña con estudiar derecho.
“Para los diseños de los productos, contábamos con un diseñador, pero luego, estudiamos modelaje de calzado en el Sena, lo que nos permitió realizar nuestros propios diseños, por supuesto, guiados por los expertos y los cambios de la moda. Siempre es importante estar mirando que materiales nuevos llegan a las peleterías cuidando siempre la calidad y a partir de ahí, diseñar”, concluye.