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Espiritualidad
Domingo 24 de enero de 2016 - 12:00 PM

Para atrás, ni para tomar impulso

No se quede atornillado en el ayer. Siempre piense que las mejores cosas están por venir y que, más allá de lo que haya pasado, se puede recomenzar.

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En una cita bíblica leí que nadie que haya puesto sus manos en el arado, para labrar su camino, puede mirar hacia atrás.

Y aunque el tema de hoy no tiene nada que ver con los labriegos, este paraje de las Sagradas Escrituras me recuerda que no hay que devolverse a nada.

Por el contrario, la vista siempre debe estar puesta hacia el horizonte.

Para qué trasladarse al ayer, si al frente puede tener cualquier cosa que su corazón desee.

No es necesario ser sicólogo para entender que su conflicto emocional, los miedos que lo acosan o los temores que lo asaltan comenzaron cuando decidió quedarse anclado en lo que vivió.

¿Se puede romper esta costumbre?

¡Claro que sí!

No se trata de romper el ciclo de la vida. La idea es hacer más placentero su presente.

¡Desapéguese de lo que pasó!

No se niegue a ser feliz hoy, solo porque algo malo le ocurrió ayer.

Esta cadena lo único que hace es amarrarlo a una frecuencia inferior y lo mantiene amargado, al punto que lo hace ir en contravía de sus propios sueños.

Es preciso cortar los lazos que lo atan a las personas, a las cosas y a las emociones negativas.

Cuando todos los apegos se liberan, usted ya no es manipulado emocionalmente.

¿Para qué evoca las hojas de los almanaques viejos? ¿Acaso el irse en reversa le permite recuperar el tiempo perdido?

Es importante aceptar los errores cometidos, pero es vital aprovechar el presente para reconsiderar algunos aspectos de su vida.

Lo importante de todas estas palabras es que hay que aceptar lo que ya pasó; no solo porque forma parte de lo establecido por la naturaleza, sino porque es una prueba contundente de que la realidad no lo puede sorprender sin siquiera haber intentado vivir.

Este asunto le apuesta a que, cada vez que se mire frente a frente, su reflejo demuestre la esperanza por las cosas buenas que están por venir.

Lo anterior le permite reclamar su poder y ser genuino. ¡Libere su espíritu!

Arremánguese y dedíquese a construir nuevos pisos para llegar lo más alto posible. Solo así podrá avanzar y crecer con cada paso que dé.

Los problemas lo retan y lo moldean; de igual forma, se convierten en escalones que lo encumbran hacia el verdadero éxito.

Es hora de dejar atrás esas cosas viejas y sembrar las raíces para futuras cosechas.

¡Es el tiempo de la renovación!

Es la oportunidad de darle un nuevo sentido a su mundo; es el momento de sus sueños, porque usted no tiene más que una vida.

Vuelva a creer y nutra sus planes con los abonos de sus ilusiones y con las manos en el arado, pero sin voltear sus ojos atrás.

¡La vida es corta!

Así que rompa reglas, perdone de una manera rápida, bese despacio, ame de verdad, ría sin control y nunca deje de sonreír por más extraño que sea el motivo.

Su mundo no puede ser un monumento al pasado.

Por último, le recomiendo elevarle a Dios la siguiente plegaria con la mayor devoción del caso.

Señor: Aleje de mi la tristeza por aquello que me causó daño ayer. Retire mi corazón la melancolía de lo que no pudo ser. Sea cual fuera el motivo que me trae abatimiento, ayúdeme a lidiar con esa situación. Sé que la congoja no puede ni debe formar parte de mi vida y prometo mirar hacia el frente.

Amén.

Le corresponde crecer en la vida espiritual

Si su vida crece espiritualmente, usted logra cosas realmente valiosas: aclara las dudas cuando algo lo confunde; irradia esperanza cuando lo abate la tristeza; y, lo mejor, aparecen las soluciones de aquellos problemas que no lo dejan dormir.

Uno puede encontrar a Dios en una gota. Pensar que lo insuperable de este mundo sea producido desde la nada o de unas partículas, siempre nos obligará a considerar que la vida puede ser eso: un regalo del Altísimo. De hecho, quien tiene fe en el Señor sabe, admite y reconoce que no se mueve ni una gota de agua sin su permiso. Lo mejor es que, aunque sea ateo o sienta apatía por las cosas espirituales, usted no dejará de ser una sencilla gota de este bello mar que es la vida.

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Publicado por EUCLIDES KILÔ ARDILA

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