Ha sorprendido muy positivamente a la comunidad de Cabecera la presencia y la acción firme de los alféreces de la Dirección...
Familia de Dilan pide que no cesen las labores de búsqueda de los desaparecidos
“Es un momento muy duro pero la gente se ha portado muy solidaria; en otras condiciones podré darles el tiempo que necesita cada quien para contarles cómo pasaron las cosas. En estos momentos hay mucha tristeza por el resto de mi familia que no se ha podido localizar, pero sé que vamos a encontrarlos”... Andrés Jaimes se ve golpeado, remolinos de lodo lo arrastraron casi un kilómetro cuando la noche del martes fueron sorprendidos por la braveza de la Quebrada Grande.
Pero quizá el dolor más grande lo lleva en el alma... Ese es difícil de sanar. Pasan las horas y aún no hay noticias de su esposa Ingrid y sus dos hijos de 5 y 2 años quienes también fueron arrastrados por la creciente.

En una de las habitaciones de la Clínica Piedecuesta, un ‘pedacito de alegría’ lo acompaña. Es el menor de sus hijos, un pequeño de nueve meses, tez blanca, cabello crespo y ojos vivarachos... Es Dilan, ese niño que se convirtió en la esperanza en medio de la tragedia de Piedecuesta que ha dejado tres muertos, seis desaparecidos y decenas de personas damnificadas.
La búsqueda de los desaparecidos continúa. Este jueves, muy temprano, organismos de socorro, familiares y habitantes de las zonas afectadas, retomaron las labores.
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María Eugenia Celis, la madre de Ingrid, es tan solo una de esas personas que han escarbado entre el lodo, escombros y palizadas, buscando a los desaparecidos.

Se ve cansada, no hay cómo ocultar el dolor que la embarga desde que su hija Ingrid y sus nietos fueron arrastrados por la avalancha, a su paso por la vereda El Guamo.
Saca fuerzas de donde no hay para seguir buscando. Por instantes habla en presente de su hija y de sus nietos, quizá porque su corazón de madre guarda la esperanza de hallarlos con vida.
“Allá donde están excavando, de pronto estén ahí”, dice, al tiempo que da gracias por la vida de su nieto Dilan. “Es un milagro, mi Dios sabe por qué me dejó a mi chinito, de pronto por si mi hija no aparece”.

Esboza una leve sonrisa mientras habla de su nietecito. “Dilan nació el primero de mayo del año pasado, ya casi cumple un añito. La hermanita (desaparecida) a pesar de sentir celos, lo quería mucho, le cantaba los pollitos cuando él estaba en el coche, le cantaba mucho”... Ya no aguanta más y saca toda esa tristeza convertida en lágrimas.
“Dilan es un niño muy despierto, muy vivo a pesar de la corta edad. Todavía no habla, no entiende lo que pasa, pero extraña a la mamita y a los hermanitos. El miércoles en la noche siempre molestó un poquito para dormirse porque le hace falta el pecho de la mamita”.