3.351 muertos enterraron las autoridades libias tras el ciclón Daniel

En una conferencia de prensa, Jalil anunció la puesta en marcha de equipos de apoyo psicológico para atender a los supervivientes y explicó que las fuerzas de seguridad han cercado algunas zonas siniestradas para “proteger” a los ciudadanos y periodistas, así como “facilitar” las tareas de los equipos de rescate. En este sentido, señaló que podría repetirse la misma operación en otras áreas afectadas pero descartó la evacuación completa de la localidad.

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En cuanto a las labores de reconocimiento, reveló que el 70 % de los cuerpos han sido identificados por su familiares pero en los últimos días esto se ha complicado debido al avanzado estado de descomposición, por lo que se están llevando a cabo muestras de ADN.

Por su parte, el Centro de Apoyo y Medicina de Emergencia indicó que los equipos de búsqueda marítima, con apoyo de los barcos del Ministerio del Interior y de la Guardia Costera, recuperaron ayer 125 cadáveres al este de Derna.

Según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), el número de desplazados en las diferentes provincias de la región Cirenaica aumentó a 43.000 personas.

La Unión Europea ofreció este miércoles su apoyo a través del servicio Copernicus EMS (Emergency Management Service) con el fin de realizar mapas geográficos actualizados, que ofrecen información geoespacial de los edificios y calles dañados y los lugares afectados por la inundación.

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Las aguas torrenciales arrasaron el pasado 10 septiembre el noreste de Libia, especialmente en la ciudad de Derna, donde colapsaron dos presas, vertiendo 33 millones de litros de agua durante la madrugada y arrastrando zonas residenciales enteras, puentes y carreteras hasta el mar.

El Gobierno de Bengasi (este) destituyó al alcalde y su consejo municipal tras la apertura de una investigación judicial sobre las posibles fallas humanas ante el colapso de estas represas y tras la protesta de miles de ciudadanos en Derna, que pidieron el cese del Parlamento por su gestión frente al desastre.

La división política entre el este y el oeste complica todavía más las labores de rescate y reconstrucción en este país de siete millones de habitantes, inmerso en más de una década de conflicto tras el levantamiento popular respaldado por la OTAN que derrocó al dictador Muamar El Gadafi en 2011