En los últimos 30 años, el eje del planeta -la línea imaginaria alrededor de la cual gira el planeta en su movimiento sobre sí mismo- ha experimentado un desplazamiento acelerado.
El derretimiento de los polos a partir de la emergencia climática está alterando a nuestro planeta de formas insospechadas, incluso en el eje de la Tierra, según una investigación publicada el pasado mes en la revista de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés).
Los efectos del cambio climático son ya visibles en muchos lugares del planeta y muy pocos expertos dudan de que son una de las amenazas más emergentes para la vida.
A diferencia de lo que se podría creer, los polos terrestres no son estáticos. Por el contrario, se alteran según las condiciones climatológicas por las que el planeta esté pasando. Prueba de ello es que, a partir de los años 90, la pérdida de los glaciares ha provocado que el eje de la Tierra se haya movido de lugar.
Igualmente, según un estudio reciente publicado en la revista Geophysical Research Letters, las implicaciones de estas alteraciones están íntimamente ligadas a cómo se distribuye el agua en el planeta.
Al respecto, Shanshan Deng, investigador del Instituto de Ciencias Geográficas e Investigación de Recursos Naturales de la Academia de Ciencias de China, considera que el calentamiento global será determinante en estos cambios, especialmente en el derretimiento de los polos.
El movimiento del eje de la Tierra, según los expertos, es algo normal. Es decir, los cambios en la distribución de la masa del planeta hacen que el eje se mueva, y por tanto, hace que también se desplacen los polos.
Su movimiento generalmente ocurre de forma natural, ya sea por cambios en la atmósfera, los océanos o en la parte sólida de la Tierra. Sin embargo, la nueva investigación sugiere que el tipo de desplazamiento que se ha reportado desde la década de 1990 tiene a la acción humana como responsable.