Así llegan los venezolanos buscando ayuda a la Alcaldía de Bucaramanga

Pabón salió de Venezuela hace seis meses. Dejó a su mamá en el país vecino y junto a su hermano llegó a Barranquilla para empezar una nueva vida. "Lamentablemente me tocó salir de Venezuela para sobrevivir y ayudar a mi familia. Allá no hay nada, es muy triste".
Hace una semana este venezolano llegó a Bucaramanga para buscar un mejor empleo y se encontró con la promesa de una ciudad de brazos abiertos para los migrantes. "Vine a la oficina de atención al venezolano porque me enteré que el Alcalde decidió ayudarnos. Necesito orientación para saber qué pasos debo hacer para estar legal en Colombia y poder acceder a mejores trabajos."
Al igual que Pabón, cerca de 220 venezolanos se han acercado a la oficina que la Alcaldía de Bucaramanga dispuso para apoyar a aquellos ciudadanos del vecino país que decidieron llegar a Colombia.
En esta oficina se le informa a los ciudadanos venezolanos, que estén en la ciudad de forma legal o no, los beneficios a los que podrían acceder. Entre las ayudas se encuentran la atención en salud, el cupo en colegios públicos, acceso a parques recreativos y atención psicológica y legal, entre otros.
Los más de 130 venezolanos que visitaron la oficina de atención al venezolano este jueves tuvieron que esperar en la fila por lo menos media hora. Solo tenían prioridad aquellos que eran hijos de colombianos o asistieron con niños menores de 10 años.
Dos empleados de la Alcaldía atienden a todo migrante que tenga dudas desde las 7:30 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, con solo una hora de descanso para almorzar. En su primera jornada de atención, dos horas después del anuncio de Rodolfo Hernández, las dos personas ayudaron a 85 venezolanos.
Uno de ellos fue Luis Moreno, un ingeniero automotriz que trabaja como ayudante de mecánico en un taller en Piedecuesta. Moreno tiene problemas con sus documentos por lo que se trasladó a la Alcaldía de Bucaramanga a preguntar cómo podían ayudarlo.
"Es muy bueno que hagan esto. Que puedan ayudarnos así sea a resolver las dudas. No queremos limosnas, pero siempre es bueno la mano amiga", afirmó el venezolano.
A esta voz se une Carlos Monsalve quien considera a Bucaramanga como su segunda ciudad 'natal'. Monsalve era chef en un hotel cuatro estrellas en Venezuela. Vino a Bucaramanga hace un año con su esposa y dos hijo pero tuvo que regresarse porque en ese momento no consiguió cupo para sus hijos.
Después de enterarse de la creación de la oficina, Monsalve decidió regresar y aguantar este jueves las filas a las afueras de la Alcaldía para conocer qué ayudas le podían brindar.
"Quiero trabajar y que mis hijos puedan estudiar. Acá ya he trabajado de obrero y vendedor de ropa, pero quiero estar acá con mi familia. Ya es bastante duro salir de tu patria como para tener que hacerlo solo", explicó el chef.