jueves 12 de octubre de 2017 - 12:01 AM

Inseguridad, ‘talón de Aquiles’ de alcaldes de Bucaramanga y el área

Los alcaldes del área, al menos durante su primer años de gestión, no garantizaron la seguridad.

Garantizar la seguridad ciudadana sigue siendo uno de los pendientes de los alcaldes de Bucaramanga, Girón, Piedecuesta y Floridablanca.

Y en ese sentido, el tema de los homicidios es tal vez uno de los indicadores más preocupantes.

En la capital santandereana, el año pasado se registraron 19 asesinatos por cada 100 mil habitantes.

La estadística aparece en el Estudio de los Indicadores de Calidad de Vida del Programa ‘Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos’.

A juicio de Yani Lizeth León Castañeda, directora de este programa, “estamos frente a un indicador que expresa una situación extrema: la probabilidad de morir de forma violenta a manos de otra persona”.

Para ella, el tema es de gran preocupación y no ha tenido la debida atención por parte del sector oficial, ni mucho menos de las autoridades policiales.

“Debe ser de especial preocupación que la tasa de homicidios de Bucaramanga sea casi el doble del valor que tienen como referente ciudades sostenibles competitivas del BID y Findeter, así como de la Organización Mundial, que consideran que una tasa de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes se convierte en un problema de salud pública.

Al gobierno de Bucaramanga debería preocuparle que la tasa de asesinatos esté en aumento y que se aproxime precisamente a la tasa de Medellín: 19 de Bucaramanga, frente a 21,5 en Medellín.

En ese sentido hay que precisar que el único municipio en donde sí se bajó la tasa de homicidios, durante 2016, fue Girón.

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Otros indicadores

De otra parte, también es fundamental mencionar que problemáticas como la violencia intrafamiliar o las lesiones personales, producto de las riñas entre vecinos, amigos o conocidos, generalmente la ciudadanía no los asume como delitos, sino como asuntos del ámbito de lo privado o personal.

“Como dirían por ahí ‘nos estamos dando muy duro’. Son agresiones que generalmente son contra las personas más vulnerables y con menos poder, y que no pocas veces dejan secuelas definitivas, no solo sobre el cuerpo sino sobre la mente y la autoestima”, dijo León Castañeda.

Pero la ciudadanía no le ha dado la importancia a este tema y por ello buena parte de la atención se centra en los hurtos callejeros, que por sus características intrínsecas requieren principalmente de dos rasgos de quienes los cometen: pobreza y juventud para poder correr.

“Si asumimos que el énfasis de la política pública en seguridad ciudadana debe ser la prevención, se debe trabajar sobre las variables asociadas a la delincuencia juvenil como la deserción escolar, consumo de drogas y el tipo de opciones de vida que como sociedad les estamos brindando a los jóvenes, en particular a aquellos de las zonas más vulnerables”, añadió la experta.

“Que uno de cada 5 jóvenes entre los 18 y 28 años no estudie, ni trabaje, ni busque empleo o que lo busque y esté desempleado, seguramente algo tiene que ver con estas cifras de inseguridad”, precisó.

Hay que señalar también que la tasa de hurto a establecimientos comerciales fue alarmante durante 2016: de 101 robos a negocios por cada cien mil habitantes que ocurrieron en 2015, se pasó a una cifra de 193 hurtos en Bucaramanga por la misma cantidad de personas.

Es de precisar que ‘Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos’ es un programa de veeduría ciudadana, en donde participan las siguientes universidades: UPB, UDES, UIS y UNAB.

De igual forma, hacen parte de esta iniciativa las Fundaciones Participar y Corona; la Financiera Comultrasán, Vanguardia Liberal, El Tiempo y las Cámaras de Comercio de Bucaramanga y de Bogotá.

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